Martes, 17 de febrero de 2015 | Hoy
EL MUNDO › LA SEMEJANZA ENTRE LOS ATAQUES DE COPENHAGUE Y PARíS PROVOCA TEMOR EN EUROPA
En Francia persisten numerosos casos de actos de claro antisemitismo o ataques contra el Islam. Las autoridades detuvieron ayer a cinco adolescentes que habían profanado centenas de tumbas judías en Sarre-Union.
Por Eduardo Febbro
La pesadilla radical volvió a sumir a Europa en un inquietante estado de alerta derivado del atentado perpetrado el sábado 14 de febrero en Dinamarca por el joven Omar El Hussein con un saldo de dos víctimas mortales y varios heridos. La semejanza entre la trayectoria de Hussein y los responsables de los ataques terroristas en París contra el semanario Charlie Hebdo –los hermanos Kouachi– y un supermercado kosher del Este de París –Amedy Coulibaly– son muy cercanas. En un momento u otro de sus existencias, los cuatro hombres estuvieron ligados al crimen y a los sectores del Islam radical. Omar el Hussein había elegido como primer blanco al dibujante sueco Lars Vilks, uno de los primeros caricaturistas en haber sido amenazado de muerte por las caricaturas que publicó en 2007 sobre el profeta Mahoma. Al igual que el también asesinado director del semanario Charlie Hebdo, Charb, la revista Inspire, creada en 2010 por el grupo radical Al Qaida le había puesto precio a la cabeza de Lars Vilks. Hay, no obstante, una diferencia de peso entre las víctimas de Charlie Hebdo y Vilks.
El caricaturista sueco lleva a cabo una profusa campaña contra el Islam en asociación directa con los grupúsculos de extrema derecha. Hace unas semanas, Vilks apareció filmado en un portal de la ultraderecha sueca mientras dibujaba un perro con la cabeza del profeta Mahoma. Desde hace varios años participa activamente en conferencias o encuentros organizados por núcleos de marcado activismo antimusulmán como, por ejemplo, el Stop Islamization Of Nations.
Ese perfil no es común al de los miembros de Charlie Hebdo. El equipo del semanario satírico francés sigue sumido en un profundo estado de shock. Pese a todo, y luego de una interrupción de la publicación por varias semanas, un nuevo número de Charlie Hebdo está previsto para este 25 de febrero. El último numero –1178– publicado el 14 de enero, es decir, una semana después del atentado del 7, se vendió a más de 8 millones de ejemplares. La revista, que hasta ese entonces atravesaba grandes problemas económicos, cuenta ahora con más de 200.000 nuevos subscriptores contra los 10.000 que tenía antes. Entre ventas, donaciones y subscripciones el semanario cuenta hoy con más de 30 millones de euros. El responsable financiero de Charlie Hebdo, Eric Portheault, explicó que el dinero que ingresó con las donaciones será entregado íntegramente a las víctimas y las familias de las víctimas mortales del atentado y que en ningún caso “habrá dividendos para los accionistas”. No se sabe hasta ahora cuál será el contenido de Charlie Hebdo. A finales de enero, el nuevo director de la revista, Riss, había dicho en la radio Europe 1 que “probablemente no habrá caricaturas de Mahoma en el próximo número”.
Si bien la sociedad francesa reaccionó de manera ejemplar en defensa de la libertad de expresión, persiste en el país un clima de sordo recelo y numerosos casos de actos de claro antisemitismo o ataques contra el Islam o sus símbolos. Las autoridades detuvieron ayer a 5 adolescentes que habían profanado centenas de tumbas de un cementerio judío de la localidad de Sarre-Union, en Alsacia. Los jóvenes arrestados tienen entre 15 y 17 años. Aunque los hechos se dieron a conocer ayer, los jóvenes ingresaron en el cementerio el jueves 12 para destruir unas 250 tumbas del total de 400 de que cuenta este cementerio construido en el siglo XVIII.
En la entrada del cementerio también se encuentra un monumento en memoria de los judíos deportados durante la Segunda Guerra Mundial que fue igualmente destruido por la banda. Según revelaron miembros de la comunidad judía de esta región del noreste de Francia, ésta es la sexta vez que el cementerio sufre un ataque de los vándalos. Sin embargo, la destrucción nunca había alcanzado el grado de ahora. El presidente francés, François Hollande, decidió acudir este jueves al cementerio. La decisión interviene en un clima de marcada confrontación confesional entre actores políticos de primer plano que se acusan de antisemitismo. Así, el ex ministro socialista de Relaciones Exteriores Roland Dumas armó un lío enorme cuando declaró que el actual primer ministro, Manuel Valls, estaba “bajo influencia judía”. Manuel Valls respondió a esa acusación diciendo que las declaraciones de Roland Dumas “no honran a la república”. Valls puntualizó que “el antisemitismo no es una opinión, no es una broma”.
Al mismo tiempo, los musulmanes son también objeto de posiciones o gestos hostiles. A finales de enero, el Observatorio Nacional contra la Islamofobia indicó que entre el 7 de enero –día del atentado contra Charlie Hebdo– y el 31 se habían registrado en el país 147 actos antimusulmanes, lo que equivale a que, en apenas tres semanas, hubo más acciones hostiles de todas las que se produjeron a lo largo de 2014. No obstante, en ningún caso puede afirmarse o corroborarse que en Francia exista un renacimiento del hediondo antisemitismo primario, ni tampoco que el dolor y la emoción que siguieron a los atentados del enero pasado hayan dado lugar a una casería violenta contra los musulmanes. Son, en suma, los grupúsculos de siempre que se meten en los pliegues de los dramas para sacar un improbable provecho.
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