EL MUNDO › ATACARON LA EMBAJADA DE TURQUIA EN BAGDAD
La guerra de los coches bomba
Por Ramón Lobo *
Desde Bagdad
Un coche bomba, el tercero en Bagdad en seis días, explotó ayer cerca de la entrada de la Embajada de Turquía, situada en el barrio de Al Waziria, frente al llamado cementerio de los ingleses, y lejos del resto de las legaciones extranjeras, concentradas en el barrio de Al Mansur. El conductor suicida y un transeúnte fueron muertos y otras 10 personas resultaron heridas. No hubo más víctimas ni daños debido a que la legación se encuentra fortificada por defensas de cemento que hacen casi imposible el éxito de un ataque de este tipo. El atentado se produce una semana después de que el Parlamento turco aprobara el polémico envío de 10.000 soldados a Irak, decisión que ha sido rechazada por el Consejo de Gobierno Provisional nombrado por Estados Unidos. El procónsul norteamericano que administra Irak, Paul Bremer, ha mantenido al menos cuatro reuniones con los miembros del Consejo para convencerlos de la bondad de la medida, sin lograr el apoyo de sus teóricos aliados. Los soldados turcos, si llegan al final, serán desplegados en el llamado triángulo sunnita, posiblemente en Ramadi y Falluya, localidades donde la resistencia es fuerte.
Los soldados estadounidenses rodearon la zona del atentado y las ambulancias trasladaron a los heridos. Decenas de curiosos concentrados en las cercanías profirieron gritos a favor de Saddam Hussein. El atentado de ayer se produce dos días después del ataque, también con coche bomba, contra el Hotel Bagdad, ocupado por personal de la CIA y algunos miembros del Consejo Provisional. Por otra parte, ayer hubo graves incidentes en Kerbala entre los partidarios del imán radical Murtada al Sader y los del imán moderado Alí al Sistaní, que dirige la Hauze, importante institución religiosa chiíta que equivaldría al Vaticano católico. Al menos una persona resultó muerta, aunque otras fuentes no oficiales elevan la cifra a siete. El enfrentamiento entre las dos facciones del chiísmo iraquí, el primero que se produce desde la caída del régimen, tuvo lugar cuando la milicia de Al Sader, el ejército del Mahdi, trató de asaltar una mezquita gobernada por los aliados de Sistaní. Al Sader ha nombrado un gabinete paralelo, que no reconoce al Consejo de Gobierno Provisional, y amenaza con manifestaciones para expulsar a los invasores de Irak. Al Sader se ha convertido en el principal problema de los estadounidenses y de los partidos políticos que apuestan por la democracia.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.