La Cancillería argentina expresó “preocupación” ante la declaración del gobierno estadounidense que declaró a Venezuela una “amenaza” para su seguridad. El comunicado conocido anoche expresa la posición oficial del gobierno argentino y señala que “la gravedad de dicha denuncia (realizada por Estados Unidos) no sólo causa consternación por la dureza inusual de sus términos, casi amenazantes, sino que además provoca estupor y sorpresa”.

En ámbitos diplomáticos se indicó que el Gobierno prefería una declaración conjunta con los demás países de la región, pero la reunión de cancilleres que debía realizarse hoy en Montevideo para discutir esta posición fue postergada para el 23 de marzo. En este contexto, el Gobierno optó por hacer conocer a través de este comunicado su “preocupación” por la situación regional creada por Washington.

“El gobierno argentino ha tomado conocimiento, con preocupación –señala el texto– del contenido de la Orden Ejecutiva emitida por el gobierno de los Estados Unidos que declara una ‘emergencia nacional’ respecto de la amenaza extraordinaria e inusual para la seguridad nacional y la política exterior de los Estados Unidos que supone la situación de Venezuela.”

Agrega que “la gravedad de dicha denuncia no sólo causa consternación por la dureza inusual de sus términos, casi amenazantes, sino que además provoca estupor y sorpresa. Es que resulta absolutamente inverosímil para cualquier persona medianamente informada que Venezuela, o cualquier país de Sudamérica o Latinoamérica, pueda constituir una amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos de Norteamérica”.

En este sentido, indica que “nadie, aun los que no compartan las políticas de ese país, puede ignorar que estamos ante el país más poderoso en términos políticos, económicos, militares, científicos y de cualquier otra índole del mundo”.

E insiste sobre este tema: “Lo absurdo e injusto de la acusación es lo que causa la consternación, independientemente también de la opinión que se tenga del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela. La Argentina, al igual que los demás países de la región, considera que el diálogo constructivo y la negociación pacífica son el único camino para superar las diferencias, a la vez que rechaza toda injerencia en los asuntos internos de otros Estados”.

En el último párrafo subraya que “en ese sentido, hace un llamado al gobierno de los Estados Unidos para que evite el uso de un lenguaje impropio para un país de su importancia y responsabilidad como potencia global o sanciones que ya han demostrado en otros casos que sólo conducen al fracaso y la enemistad entre los pueblos y sus gobiernos”.

La declaración del gobierno argentino se suma así a la de otros gobiernos y mandatarios de la región, así como a la mayoría de los organismos de integración regionales, incluyendo a la OEA, tradicionalmente más cercana a las posiciones norteamericanas. El presidente de Ecuador, Rafael Correa, fue especialmente duro al calificar de “grotesca” y “descarada” la decisión del gobierno de los Estados Unidos. Con mayor o menor énfasis, todos los gobiernos han cuestionado la actitud norteamericana, incluso el nuevo gobierno uruguayo, aunque en este caso se generó una controversia con los venezolanos. El vicepresidente uruguayo Raúl Sendic afirmó que respaldaba a Venezuela, aunque su gobierno no tenía constancia de la injerencia norteamericana. La declaración fue criticada en forma indirecta por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, lo cual generó roces entre ambos países.