EL MUNDO › DILMA ROUSSEFF SE SOLIDARIZó CON LA FAMILIA DE EDUARDO JESUS FERREIRA

Un niño pobre, víctima de una bala policial en Río

Enfrentamientos entre policías y vecinos marcaron ayer una protesta en el complejo de favelas Alemán, en Río de Janeiro, a raíz de la muerte del niño de 10 años Eduardo Jesus Ferreira. A última hora del jueves, el chico falleció de un disparo en la cabeza mientras estaba sentado en la escalera de la entrada de su casa. La bala fue disparada por un agente durante un operativo que realizaba en el lugar el Batallón de Choque de la policía militarizada.

Los vecinos bloquearon ayer una de las calles que bordean la favela portando carteles en los que pedían justicia tras la trágica muerte del menor. Cuando los manifestantes se dirigían hacia la Unidad de Policía Pacificadora (UPP) del barrio fueron interceptados por los efectivos, que arrojaron bombas de gas lacrimógeno y gas pimienta. Los vecinos, a su vez, respondieron arrojando piedras, botellas y otros objetos contundentes contra los agentes.

La madre del niño, Terezinha María de Jesus, una empleada doméstica de 40 años, nacida en el norteño estado de Piauí, dijo que vio la cara del policía que le disparó a su hijo y que al increparlo la amenazó a ella también, lo que generó más indignación por parte de los vecinos.

Terezinha cuenta que estaba en su casa viendo la televisión cuando Eduardo Jesus se dirigió a la puerta de su casa para hablar con los albañiles que realizaban una obra en el lugar. Estaba sentado cuando recibió un tiro por detrás, en la cabeza. “Fue cuestión de segundos. El salió y se sentó junto a la puerta. Escuché un estruendo y, cuando miré, parte del cráneo de mi hijo estaba en la sala y él caído allá abajo, muerto”, dijo. “Yo registré su cara. Nunca voy a olvidar el rostro del policía que acabó con mi vida. Cuando corrí para hablar con él, apuntó el arma hacia mí. Le dije ‘puedes matarme, tú ya acabaste con mi vida’”, relató al portal de noticias G1.

Eduardo se ha convertido en la cuarta víctima mortal de la guerra entre narcotraficantes y policías en la región en dos días. El miércoles, la lucha entre los criminales y las fuerzas de seguridad acabó con la vida de Elizabeth Alvez de Mora Francisco, de 41 años. Se encontraba dentro de su casa cuando se estaba produciendo un tiroteo y fue alcanzada por una bala perdida. No sobrevivió a las heridas, aunque los vecinos hicieron todo lo posible para que fuera atendida en el hospital más próximo. Su hija, de 16 años, también resultó herida al ir a socorrer a la madre, pero ya recibió el alta en el hospital.

La presidenta Dilma Rousseff manifestó su “solidaridad y sentimientos de respeto” por la muerte del niño y dijo esperar “que las circunstancias de esta muerte sean aclaradas y los responsables, juzgados y sancionados”.

Los efectivos del Batallón de Choque y de la Coordinadora de la Policía Pacificadora que intervinieron en el operativo que resultó en la muerte del niño fueron alejados de sus puestos, ya no patrullan las calles y fueron obligados a entregar sus armas. Las circunstancias del incidente están siendo investigadas tanto por el organismo de contralor interno de la policía militarizada como por la Policía Civil.

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