EL MUNDO
La “justicia” rusa llega con capucha y a patadas
Después de una campaña de hostilización sistemática contra Yukos, el principal gigante petrolero ruso, Mijail Jodorkowsky, su dueño, fue arrestado ayer brutalmente por la ex KGB. La movida sería para frustrar sus ambiciones políticas.
Por Fred Weir *
Desde Moscú
El hombre más rico de Rusia, Mijail Jodorkowsky, fue sacado ayer de su avión privado por policías de seguridad armados en un aeropuerto de Siberia y llevado de vuelta a Moscú para ser interrogado en relación a una investigación que está creciendo sobre presunta estafa y evasión de impuestos. Seguidamente se lo inculpó de seis cargos en esas figuras delictivas. La compañía Yukos de Jodorkowsky, la petrolera más grande de Rusia, ha estado bajo investigación durante los últimos cuatro meses. “El titular de Yukos está implicado en una serie de delitos, incluyendo robo por fraude en gran escala y la falta de pago de impuestos como organización y como individuo”, dijo una declaración emitida por la oficina de la Fiscalía en Moscú.
Más temprano, agentes fuertemente armados del servicio de seguridad FSB (la ex KGB), rodearon y abordaron el avión de Jodorkowsky en el aeropuerto de Novosibirk. Un portavoz de Yukos dijo que Jodorkowsky había ido a Siberia “en un viaje de negocios”, y que tenía toda la intención de reportarse a los fiscales de Moscú mañana. “Se precipitaron dentro del avión gritando: ‘FSB, tiren sus armas’”, dijo Alexander Shadrin, portavoz de prensa de Yukos, a la Radio Eco de Moscú. “Usaron fuerzas especiales del mismo modo que si hubieran estado respondiendo a un ataque terrorista”, agregó. Citando una fuente anónima del aeropuerto siberiano, el diario electrónico ruso Gazeta.ru dijo que Jodorkowsky había sido esposado, encapuchado y pateado varias veces por agentes del FSB mientras lo arrastraban fuera del avión.
El jueves, la policía inspeccionó una compañía de relaciones públicas en Moscú que ha estado manejando la campaña electoral parlamentaria del partido liberal Yabloko. Jodorkowsky ha respaldado públicamente a Yabloko, que es la principal oposición liberal al Kremlin. Algunos expertos comparten la opinión de Jodorkowsky de que está siendo castigado por el Kremlin debido a su respaldo a partidos de la oposición durante las actuales elecciones parlamentarias rusas. Jodorkowsky ha financiado grupos de derechos humanos y recientemente compró el semanario Moskovski Novosti y designó como director a un veterano crítico del Kremlin.
La ofensiva legal contra Yukos comenzó en julio pasado con el arresto de Platon Levedev, un importante accionista de Yukos y aliado de Jodorkowsky que fue acusado de fraude al Estado en un acuerdo de privatización en 1994. Desde entonces han sido arrestados otros varios ejecutivos de la compañía, y varias de sus instalaciones han sido allanadas, lo que ha causado una caída de las acciones de Yukos en la bolsa rusa.
El presidente Vladimir Putin ha hablado poco del asunto. Algunos creen que la línea dura de seguridad del Kremlin está intentando evitar que Jodorkowsky venda una parte de su compañía petrolera a una firma extranjera. Tanto Exxon como Chevron han expresado interés en comprar de un 25 a un 40 por ciento del paquete accionario de Yukos, por un valor de unos 20.000 millones de dólares. Pero este año otra firma petrolera rusa, Tyumen, vendió la mitad de sus acciones a British Petroleum sin objeciones del Kremlin.
Jodorkowsky es el más rico de unos 20 “oligarcas” que actualmente controlan un 70 por ciento de la economía rusa. Del jefe de Yukos se dice que adquirió su imperio a precios de descuento usando información privilegiada y licitaciones arregladas durante el período de “piedra libre para todos” de los años ‘90. Después de que Putin llegara al poder, el Kremlin atacó a los dos magnates opositores más prominentes, Boris Berezovski y Vladimir Gusinski, confiscando gran parte de sus propiedades y llevándolos a exiliarse. Los oligarcas que quedaron rápidamente se comprometieron a permanecer fuera de la política. Pero Jodorkowsky, de quien se cree ampliamente que alberga ambiciones presidenciales, ha visto desde entonces casi cada rama de su vasto imperio caer bajo el ataque de los fiscales.
* De The Independent de Gran Bretaña, especial para Página/12.