EL MUNDO › TRES MUERTOS EN LA HUELGA GENERAL DE LA REPUBLICA DOMINICANA
Otro ejército para reprimir un paro
Después de la reciente represión en Bolivia, la República Dominicana fue escenario de una nueva represión militar contra una huelga.
Por Iban Campo *
Desde Santo Domingo
En República Dominicana, los militares imponen respeto. Y si tienen la cara pintada de verde y negro, están en la calle y portan su arma de guerra, como ocurrió ayer, también meten miedo. Pero hubo personas que en la jornada de huelga general convocada por el Colectivo de Organizaciones Populares contra la política económica y social del gobierno, no temieron salir a la calle. Unos, los menos, decidieron ir a su trabajo, por si podían hacer algo. Otros eligieron la opción de la protesta activa en lugar de la pacífica. Tres de ellos resultaron muertos y otros fueron heridos en enfrentamientos con la policía en la localidad de San Francisco de Macorís, en el centro del país. Además, un agente policial recibió un balazo en su muslo derecho en la ciudad de Salcedo, también en el centro de la geografía nacional.
Y los hubo que, simplemente, aprovecharon el paro de labores para entretenerse en otros menesteres. A tres de estos el ocio les pasó factura. Resultaron heridos en Bonao, 80 kilómetros al norte de Santo Domingo, cuando, al ver a la policía, abandonaron su juego improvisado de béisbol y salieron corriendo. Según informes periodísticos, los uniformados les dispararon. Pero ni Alberto Aquino Marte, de 17 años, ni Humberto Rosario, de 20, tuvieron tanta suerte. Al segundo cuentan que lo mataron agentes que le dispararon a quemarropa en el barrio Los Transformadores de Bonao, en un hecho ocurrido a primeras horas de la mañana. De Aquino Marte decían que no tenía planes ni de trabajar ni de protestar. Varias balas acabaron con su vida en un incidente sobre el que la Policía Nacional todavía no tenía muchos datos al mediodía del lunes.
Lo único cierto del caso es que cayó herido en el barrio de Capotillo, en Santo Domingo, fue trasladado al Hospital Moscoso Puello de la capital, y allí los médicos no pudieron hacer nada por salvarlo. Era el primer muerto de una huelga convocada para decirle al gobierno del presidente Hipólito Mejía, del Partido Revolucionario Dominicano (socialdemócrata) que una gran parte de la población está harta de la situación que vive República Dominicana bajo su mandato. El dinero de los dominicanos vale la mitad de lo que valía hace poco más de un año. Para comprar un dólar hoy en día se necesitan casi 40 pesos. En noviembre de 2002 se necesitaban alrededor de 20. Los precios de los alimentos han sufrido variaciones que, en muchos casos, llegan a duplicarse. El Banco Central de la República ha estimado que la tasa de inflación rondará este año el 35 por ciento, cuando en el último lustro no había superado el 10 por ciento.
Los apagones eléctricos están como en sus mejores tiempos, y en algunas poblaciones del interior del país alcanzan hasta las 20 horas. Comprar un galón de gasolina cuesta el equivalente a 1,62 dólar, cuando hace un año costaba la mitad. República Dominicana se ha convertido de país económicamente admirado en nación a las puertas de firmar un acuerdo de endeudamiento con el FMI. Con dicho acuerdo se espera la llegada de cerca de 1000 millones de dólares para hacer frente a una crisis con muchos ingredientes, y no sólo de corte económico. La pugna interna que mantienen en el Partido Revolucionario Dominicano para elegir a su candidato para las elecciones presidenciales de mayo de 2004 no ayuda. Hipólito Mejía había manifestado su decisión de no presentarse. En más de 200 ocasiones reiteró su rechazo a la reelección presidencial. Luego cambió de parecer y ahora mantiene una lucha sin cuartel con otros siete precandidatos del partido oficialista que ha provocado la desconfianza de unos sectores económicos a los que el gobierno trata de aplicar cada día un nuevo impuesto.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.