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El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, negó rotundamente la posibilidad de renunciar a su cargo y anunció que enfrentará un pedido de antejuicio para retirarle la inmunidad. El mandatario hizo estas declaraciones luego de que el jueves miles de guatemaltecos marcharan por la capital del país para exigir su salida como jefe de gobierno, ya que se encuentra envuelto en un escándalo por un supuesto involucramiento en un fraude fiscal.

El mandatario desmintió ayer las voces que aseguraban su renuncia y negó haber huido del país. “Estoy dispuesto a dar la cara y enfrentar lo que sea y lo que menos pueden hacer es creer esos rumores que dicen que renuncié, que me fui del país y me estoy escondiendo”, dijo. Pérez Molina afirmó que se dispuso a someterse al proceso de antejuicio para retirarle la inmunidad, ya que considera que es la única manera de garantizar las elecciones del próximo 6 de septiembre. “Yo tomé la decisión de enfrentar el proceso de antejuicio porque no tengo nada que esconder. No soy perfecto y he cometido errores, como cualquier guatemalteco, pero lo importante es reconocerlos y seguir”, señaló. “A todos los que vinieron a hacer sus protestas, respeto su derecho, respeto la libertad y un derecho constitucional de una demanda que pueden hacer.”

De esta forma, se refirió a las manifestaciones encabezadas por estudiantes que exigían su renuncia. “Otto, la cárcel te espera”, “La corrupción nos está quitando la vida”, “Otto ladrón” señalaban algunas de las pancartas que portaban los manifestantes durante la marcha que salió de la sede central de la Universidad San Carlos Guatemala (USAC), en la periferia sur de la capital, hacia el centro histórico, donde se unió a la de otras personas que repudian a Pérez. Mientras las movilizaciones transcurrían, otros grupos de manifestantes optaron por bloquear al menos diez rutas en el oeste y norte del país. A las protestas se sumaron varias empresas que, con la consigna de “paro nacional” contra la corrupción, optaron por cerrar sus negocios, incluidas algunas transnacionales que operan en el país.

El presidente guatemalteco fue involucrado con una red delictiva conocida como La Línea, que cobraba sobornos a empresarios para eludir el pago de impuestos aduaneros. El fraude fue revelado el 16 de abril por la Fiscalía y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), un ente adscripto a la ONU. Según la fiscalía, Pérez es uno de los líderes de la banda de defraudación aduanera junto a la ex vicepresidenta Roxana Baldetti, quien renunció al cargo y será trasladada a una cárcel ordinaria para mujeres. En medio de la crisis, las autoridades migratorias reportaron esta semana la salida hacia Panamá del ex ministro del Interior, Mauricio López, considerado como uno de los principales colaboradores de Pérez. Si bien sobre el ex funcionario no pesan cargos, el viaje levantó sospechas de una posible fuga para evitar futuros procesos judiciales.