Un grupo de refugiados sirios que a fines del año pasado llegó a Uruguay gracias a la mediación del programa para refugiados que impulsó el ex presidente José Mujica reclaman volver al Líbano. Con ese objetivo acamparon ayer frente a la sede del gobierno y los voceros del Ejecutivo charrúa calificaron al reclamo de comprensible porque los ciudadanos sirios viven una situación humanitaria extrema y dolorosa de ruptura forzada de sus vidas. Adultos y niños se instalaron en la Plaza Independencia con bolsos y valijas. Un hombre que oficia de traductor dijo que las familias se sienten engañadas por el gobierno uruguayo. “Les dijeron que los sueldos acá eran de 1500 dólares”, señaló el hombre. Además reclaman que les habiliten un documento que los deje ingresar a Turquía o al Líbano.

Ibrahim Almohammad, uno de los jefes de familia, dijo que trabaja en una mutualista de Montevideo y recibe un sueldo de 11 mil pesos (unos 376 dólares). Tiene tres hijos. Su esposa no trabaja, se encarga de cuidarlos. Almohammad dijo al diario local El País que prefiere volver a Siria aunque estén en guerra porque allí encontrarán un futuro. Además reclaman que con el documento que les entregaron en Uruguay como refugiados no pueden ingresar a Argentina donde se encuentra la embajada siria. En la misma línea, Ibrahim Alshebi, otro de los refugiados, manifestó que las familias tienen dificultades para encontrar trabajo y mantenerse en un país que –afirmó– es muy caro y con sueldos muy bajos. “Queremos irnos de aquí”, aseguró el hombre, uno de los pocos que se comunican en español, para incidir en que incluso no les importaría volver a Siria, pero que tienen dificultades para abandonar el país y además no pueden pagarse los pasajes.

Las familias serán recibidas por Juan Andrés Roballo, prosecretario de Presidencia, en una de las oficinas de la Torre Ejecutiva. El gobierno de Uruguay afirmó que los refugiados, en general, viven una situación humanitaria extrema y dolorosa de ruptura forzada de sus vidas y consideró que por ello es comprensible la inquietud y malestar de los ciudadanos sirios acogidos en el país que iniciaron una protesta por su situación. “En el día de hoy (por ayer), miembros de las familias sirias refugiadas en Uruguay se acercaron a la plaza Independencia (donde se halla la sede del Ejecutivo) para expresar su inquietud ante la dificultad para conseguir visas para viajar”, explicó la Secretaría de Derechos Humanos de Uruguay (SDH) en un comunicado.

El pasado agosto, una de las familias intentó viajar a Serbia, pero fue retenida por no contar con las visas necesarias durante 23 días en el aeropuerto internacional Ataturk (Turquía), donde hizo escala, antes de ser deportada a Uruguay. “Esta situación despertó en el resto de las familias preocupación sobre su posibilidad de viajar al exterior si así lo desean hacer”, matizó la SDH, dependiente de la Presidencia de la República. “Todas las personas sirias refugiadas en Uruguay cuentan con el denominado Título de Identidad y Viaje, que es el documento legal que expide el Ministerio de Relaciones Exteriores. Esta documentación es totalmente válida y reconocida. Sin embargo, el gobierno no puede incidir en el otorgamiento de visas de terceros países”, destacó el organismo.

Después de pasar por países como Líbano, desbordados con la avalancha de refugiados por la guerra civil que sufre Siria desde 2011, cinco familias llegaron a Uruguay en 2014 por decisión del Ejecutivo de Mujica de acoger y dar vivienda y trabajo a ciudadanos que huyeron del conflicto.