EL MUNDO › EL FESTEJO DEL DIA NACIONAL DE CATALUÑA DIO INICIO A LA CAMPAÑA

Marcha hacia las elecciones

Cerca de dos millones de personas participaron en el monumental festejo del Día Nacional de Cataluña, para reivindicar su apoyo a la independencia del Estado español. Las elecciones regionales se celebran en dos semanas.

 Por Flor Ragucci

Desde Barcelona

Por cuarto año consecutivo, la conmemoración de la caída de Barcelona en manos de tropas españolas en 1714 empuja a millones de personas de toda Cataluña a salir a la calle para reivindicar la recuperación de su independencia. Como ya es tradición, las 17.14 es la hora elegida para dar comienzo a una fiesta que siempre llega cargada de simbolismo, emotividad y controversia. Un puntero gigante llevado en brazos por veinte atletas, al estilo de las célebres Olimpíadas del 92, fue recorriendo los cinco kilómetros de una de las arterias principales de la ciudad –la Avenida Meridiana– que, dividida en 135 tramos –tantos como escaños en el Parlamento catalán– pretendía trasladar a la cámara los diez ejes de la República catalana: regeneración democrática, bienestar y justicia social, diversidad, solidaridad, igualdad, sostenibilidad, equilibrio territorial, educación y cultura, innovación y una Cataluña abierta al mundo. En cada tramo, miles de personas con cartulinas de un mismo color aguardaban el paso del puntero para, al grito de ¡independencia!, alzar su pancarta al unísono y conseguir que, desde el aire, se sacara la gran foto.

Pero el espectáculo que, al menos por su perfecta organización y su carácter multitudinario, resulta siempre sobrecogedor, este año –para muchos– se vio eclipsado por la coincidencia del aniversario con el arranque de campaña de las elecciones regionales que se celebran en dos semanas. Si las críticas al festejo del 11 de septiembre son habituales entre los sectores más conservadores –encabezados por el Partido Popular (PP)– no lo eran entre los grupos de izquierda, afines en su mayoría a la independencia o al derecho a decidir. Sin embargo, este año, las acusaciones al partido de Artur Mas –actual presidente de la Generalitat (Gobierno de Cataluña)– de haber convertido el aniversario en un acto de campaña de su agrupación, le llovieron de todos los costados.

Lluís Rabell, candidato de Catalunya Sí que es Pot (Cataluña sí que se puede), partido apoyado por Podemos, fue uno de los tantos que decidieron no participar de la Vía Lliure (Vía libre) –como se bautizó al gran corredor humano dispuesto a lo largo de la Avenida Meridiana– por considerar que se trata de un “acto propagandístico” a favor de la lista de Artur Mas y “de inicio de la campaña de reelección de Mas como presidente de la Generalitat”, según declaró ante la prensa el mismo viernes. Rabell lamentó “la manipulación de una fiesta que pertenece a todos” pero no dejó de enviar “un fuerte abrazo” a los manifestantes y de asegurar que él también comparte la necesidad de cambiar la relación de Cataluña con España.

Por su parte, el candidato del Partido Socialista Catalán (PSC), Miquel Iceta, también se abstuvo de participar de la manifestación porque sostiene que la Diada, como se conoce el aniversario en España, es “un día en el que caben todas las ideas y todas las reivindicaciones” y es una conmemoración que “cada uno tiene derecho a celebrarla como quiera, con las banderas que prefiera, con los sentimiento que prefiera, con las reivindicaciones que crea convenientes”. Iceta advirtió que el Día Nacional Catalán es una “fiesta que sigue siendo de la ciudadanía y que, por tanto, nadie debe apropiársela”, a la vez que remarcó su rechazo al proyecto independentista: “lo que conviene es que todos recordemos que Cataluña cuando va unida gana y cuando se divide pierde”.

Con la masiva afluencia a la Vía Lliure Artus Mas pretendía demostrar que el bloque de partidos independentistas que él lidera será el claro vencedor en los comicios del 27 de septiembre. Junts pel sí (Juntos por el sí) la lista conjunta que integran todos los partidos favorables a la secesión de España, excepto la izquierdista Candidatura de Unidad Popular (CUP), lograría en efecto una mayoría absoluta de escaños en el próximo Parlament de Catalunya tras las elecciones autonómicas, según difundió la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) este jueves. Junt pel Sí, encabezada por el presidente del Gobierno catalán y el líder de Esquerra Republicana (ERC), Oriol Junqueras, obtendría entre 60 y 61 escaños con el 38,1por ciento de los votos, mientras que la CUP, que también propugna la independencia, ganaría 8 diputados (5,9 por ciento de las papeletas), con lo que entre ambas reunirían 68 (la mayoría absoluta de la cámara) o 69 parlamentarios.

En una rueda de prensa ante medios de comunicación extranjeros, Artur Mas, Oriol Junqueras y Raül Romeva (el cabeza de lista de Junts pel sí) insistieron, tras conocerse los resultados de la encuesta, en que la mayoría de escaños es suficiente para caminar hacia la independencia de forma firme. Preguntado sobre los pasos siguientes a su hipotética victoria, Mas subrayó que lo próximo sería “ofrecer al Gobierno y a las instituciones europeas sentarse a la mesa y hablar y negociar para llegar a acuerdos”. “Esta es nuestra actitud, una actitud positiva. No estamos contra nadie”, afirmó, al mismo tiempo que mostró su total convencimiento acerca del apoyo de la Unión Europea (UE) hacia un nuevo Estado catalán: “La UE es siempre muy pragmática y aplica el sentido común”, declaró el presidente de la Generalitat.

De acuerdo con el estudio del CIS, en segundo lugar quedaría Ciutadans, la formación que a nivel nacional lidera Albert Rivera y que se opone frontalmente al proyecto independentista, con 19-20 escaños, seguido de la lista apoyada por Podemos, Catalunya Sí que es Pot, que conseguiría entre 1819. Los socialistas se situarían en cuarto lugar, con 16 o 17 lugares en el Parlamento, y el PP resultaría quinto, con 12-13 diputados.

El candidato a las elecciones catalanas por el partido de Mariano Rajoy, Xavier García Albiol, se desmarcó como cada año lo hace su agrupación de los festejos del 11 de septiembre, declarando que es la Diada “más triste” que recuerda. “Seguramente las 500.000 personas que están en paro [sin trabajo] no tienen muchas ganas de salir a la calle con una ‘estelada’ [bandera independentista]”, remató el aspirante popular en un acto paralelo que su partido celebró –no por casualidad– en la Plaza España de Barcelona.

También estuvo ausente en la gran marcha la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau –quien, sin embargo, sí que había participado los años anteriores– por considerar que en esta ocasión estuvo “instrumentalizada” por el partido de Artur Mas y Oriol Junqueras. De todos modos, Colau no quiso dejar de reconocer que es un “orgullo” que Barcelona acoja una manifestación por las “libertades” de Cataluña y, en vez de asistir a la Vía Lliure, acudió al homenaje a Salvador Allende que también se llevó a cabo en la ciudad al coincidir su gran fiesta nacional con el 30 aniversario del golpe militar al presidente chileno.

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Miles de personas ocupan la avenida Meridiana de Barcelona en el 11-9 catalán.
Imagen: EFE
 
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