Un nuevo intento de apuñalamiento y la muerte del agresor recalentaron ayer la tensión israelí-palestina, apenas dos días después de la jornada más sangrienta de los últimos meses. Mientras tanto, la policía comenzó a cerrar áreas conflictivas en Jerusalén y el gabinete de seguridad autorizó enviar soldados a centros urbanos y carreteras para reforzar el control. Por su parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, afirmó que su pueblo continuará con la resistencia contra la ocupación militar israelí y la violencia de los colonos judíos, a la vez que acusó a Israel de intensificar sus agresiones.

El ataque se registró en la Puerta de Damasco de Jerusalén Este y de acuerdo a la policía, en momentos en que un efectivo se aproximó a un agresor para solicitar su identificación. Un portavoz de las fuerzas de seguridad explicó que a su llegada, el atacante sacó un cuchillo y se abalanzó contra los agentes con la intención de apuñalarlos. “En ese momento, un policía le disparó. El hombre corrió hacia otro grupo de policías en la Puerta de Damasco blandiendo el cuchillo en la mano. Los agentes le dispararon de nuevo y lo mataron”, añadió.

En medio de la escalada, el gobierno israelí decidió varias medidas en barrios de Jerusalén Este, que Israel ocupa desde 1967, entre las que se cuentan cerrar las poblaciones palestinas, destruir las casas de “terroristas” sin permitir que puedan ser reconstruidas, la revocación de su ciudadanía y la confiscación de sus bienes. El gabinete de seguridad, asimismo, desplegó a 300 guardias de seguridad para el transporte público en Jerusalén. Las medidas, decididas tras una reunión de los diez integrantes del gabinete israelí, fueron luego propuestas al Parlamento (Knesset) por el primer ministro, Benjamin Netanyahu para tratar de detener la ola de violencia.

Por su parte, Abbas afirmó que la actitud de Israel amenaza el proceso de paz y la tranquilidad en la región. “Todos los casos de ejecuciones sobre el terreno, el nuevo arma israelí empleada contra nuestros niños y jóvenes de Jerusalén, serán llevados al Tribunal Penal Internacional”, dijo. Además, se refirió a los acuerdos de paz de Oslo, los cuales consideró que Israel viola desde su firma en 1993. “Mi pueblo es partidario de la paz y tiene derecho a defenderse a través de la resistencia pacífica y la lucha legal y política, pero no permanecerá rehén de acuerdos que Israel no respeta.”