EL PAíS › LA INVESTIGACIóN SOBRE LA MUERTE DEL FISCAL ALBERTO NISMAN

Nuevos indicios sobre el suicidio

Una perito sostuvo que un disparo de pistola 22 puede no dejar rastros en las manos. Se suma a otro profesional que certificó que no hubo otra persona en el baño en el que murió Nisman.

 Por Raúl Kollmann

Tras el arrasador testimonio del perito químico de la Policía Federal Juan Osvaldo Ronelli, que certificó que no hubo otra persona en el baño en el momento del disparo que produjo la muerte de Alberto Nisman, ayer declaró una perito de la Asesoría Pericial de la Corte bonaerense. La profesional sostuvo que un disparo de pistola 22 puede no dejar rastros en las manos por transpiración, pelo, humedad en el ambiente u otros factores, aunque dijo que no recordaba haber percibido sangre en la muestra de la mano –es un pequeño taco de piel– con la que se hizo el primer análisis en La Plata. Más allá de la declaración de la profesional, Vivian Beatriz Delimanis, un estudio realizado por el American Journal of Forensic Medicine, sobre la base de 116 suicidios comprobados, sólo se encontraron residuos del fulminante en el 11 por ciento de los casos en que se usó una pistola calibre 22, el arma del caso Nisman.

El expediente sobre la muerte de Nisman, que instruye la fiscal Vivian Fein, suma más y más elementos que sostienen la hipótesis de que Nisman se quitó la vida. La semana pasada declaró un prefecto que estuvo a cargo de la custodia del pasillo hacia el baño en el que apareció el cuerpo del fiscal y reiteró que nadie ingresó al baño, entre otras razones porque la puerta no se podía abrir dado que la cabeza del fiscal no lo permitía. Su testimonio coincide con el de la madre de Nisman, Sara Garfunkel, que dijo bajo juramento que ella estuvo sentada en la cama de una habitación, mirando la puerta del baño y que nadie entró en el lugar hasta que llegaron la fiscal Fein y los peritos oficiales. También el médico de Swiss Medical y la enfermera coincidieron en que no se podía entrar porque la puerta estaba trabada por la cabeza del fiscal. Esto convierte en imposible que alguien hubiera entrado al baño apuntando al fiscal, le hubiera disparado, luego saliera del baño y finalmente, desde afuera, arrastrara el cuerpo para trabar la puerta. No hay rastros de tal arrastre ni de esos movimientos.

Esto fue también ratificado por el perito químico de la Policía Federal, quien insistió en que no hubo ninguna otra persona en el baño en el momento del disparo. Ronelli estudió las manchas de sangre y sostuvo ante Fein que nadie estuvo parado detrás de Nisman porque las gotas de sangre, expulsadas por el disparo, cayeron sin obstáculos hacia los distintos costados. De haber una persona detrás, no hubieran caído, sino que hubieran quedado en ese individuo.

La perito Delimanis, que declaró ayer, participó del primer estudio de la muestra de las palmas de las manos y explicó frente a la fiscal Fein y los abogados de la querella y de Diego Lagomarsino las razones por las cuales no se encontraron restos de fulminante en las muestras que les llegaron a la Asesoría Pericial que depende de la Corte Suprema bonaerense. La perito mencionó muchos factores por los cuales no quedan rastros, entre ellos la sangre, la humedad, el pelo, las horas que pasaron desde la muerte, la forma en que se tomaron las muestras. Preguntada por la querella si en el momento del análisis encontró sangre, la perito dijo que no y que el equipo hubiera apartado la sangre. Esto abrió las expectativas de la querella que encabeza la ex esposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado. Sin embargo, las razones de la falta de rastros de fulminante pueden deberse a muchos factores, al punto que el estudio norteamericano habla de que sólo en el 11 por ciento de los suicidios con pistolas calibre 22 aparecen los restos de bario, plomo y antimonio.

Pese a lo que se menciona públicamente, en el primer estudio que se hizo en Salta, con las muestras de las manos de Nisman y el análisis en el aparato de barrido electrónico más moderno del país, el perito químico salteño a cargo, José Luis Manzano, señaló que en una mano dio positivo en 69 partículas de plomo, bario y antimonio, y en la otra mano en 17 partículas. Lo que sucede es que no se pudo considerar positivo el conjunto porque a estas partículas se las llama consistentes y no características de un disparo. Consistentes es cuando se dan dos de los metales o los tres, pero no en las proporciones y formas requeridas. De todas maneras, la existencia de esas partículas consistentes indican que Nisman estuvo en contacto con un arma o con pirotecnia o con un instrumento sofisticado de construcción, una pistola que se usa para perforaciones y que requiere material parecido al de un proyectil. Parece difícil que Nisman haya utilizado en aquellos días pirotecnia o una máquina para la construcción.

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