Viernes, 30 de octubre de 2015 | Hoy
EL MUNDO › LULA PUSO SU HORIZONTE EN 2018, CUANDO POSIBLEMENTE SE POSTULARA PARA UN TERCER MANDATO
El ex mandatario se reunió con las bases del PT y formuló una hoja de ruta: la “prioridad cero” es respaldar a Dilma y aventar el fantasma del impeachment, que la oposición azuza “sin ninguna base legal y sin ninguna razón”.
Por Darío Pignotti
Desde Brasilia
“Van a ser tres años de azotes, pero voy a sobrevivir”, tronó Luiz Inácio Lula da Silva, con la voz algo cascada, ante el pleno de la dirección del Partido de los Trabajadores (PT) que le respondía “Lula, guerrero, del pueblo brasileño”. Hacía falta algo de mística, y el líder petista la aportó ayer, para entonar a una dirigencia esforzada que está trabando una guerra diaria contra la escalada golpista iniciada el 27 de octubre de 2014, un días después de la victoria de Dilma Rousseff frente al socialdemócrata Aécio Neves.
“Es el momento de dejar el pesimismo, de tener orgullo de nuestras banderas rojas y nuestra estrella” propuso Rui Falcao, presidente del PT, desde el atril ubicado junto al palco. Culminando una gira por varios estados, que incluyó la región nordeste, una de las más pobres y bastión electoral del PT, y encuentros con los campesinos sin tierra, Lula formuló un mapa del camino ante sus compañeros. La “prioridad cero” es respaldar al gobierno de Dilma Rousseff y aventar el fantasma del impeachment que la oposición azuza “sin ninguna base legal y sin ninguna razón”.
Con un traje gris, camisa blanca y corbata negra, Lula no se ciñó al espacio delimitado por el atril, prefirió improvisar, explayarse con sus brazos abiertos y subrayar alguna frase con la puntuación que le da su timbre de voz ronco.
Su discurso fue una bajada de línea para sus compañeros y a la vez un mensaje hacia la oposición dado que fue transmitido en vivo por el sitio del PT. De allí que algunas de sus frases deban ser leídas hacia adentro y afuera del partido. Por ejemplo, al pronosticar que le esperan “tres años de azotes” también dijo que su horizonte es 2018, cuando posiblemente se postulará para un tercer mandato, luego de los dos que encabezó entre 2003 y 2011. Una candidatura que amalgama y entusiasma a cuatro de cada tres petistas.
Mucho más luego de que una encuesta de Ibope, que no fue cotejada por el PT, confirmó esta semana que Lula se preserva como el político con mayor caudal de electores fieles, el 23 por ciento, superando con alguna holgura a todos los opositores. Entre ellos el ex candidato Aécio Neves, quien perdió por poco ante Dilma en 2014, y se ufana de ser favorito si hubiera elecciones anticipadas, impeachment mediante.
Lula también dirigió un mensaje hacia quienes insisten en su distanciamiento de Dilma, debido a discrepancias en el plan económico y la continuidad en su cargo del ministro de Hacienda Joaquim Levy, el padre del ajuste resistido dentro del PT.
Demostró su fidelidad a la presidenta Dilma defendiendo la permanencia de Levy y la necesidad de que se lleve adelante la receta amarga para luego retomar el crecimiento y la creación de empleos. Y no disimuló su indignación frente al acoso judicial del que es objeto él y su familia, especialmente su hijo Luis Claudio, a quien una jueza vinculó con una red de corrupción que obtuvo exenciones impositivas para empresas.
Por cierto es curiosa la severidad de algunos jueces y fiscales con Lula, sus familiares y el PT. Esto en un país donde hasta hoy rige la ley de amnistía promulgada por la dictadura en 1979, y ningún juez persistió en investigar los sobornos, comprobados, a diputados para la reforma constitucional que habilitó la reelección de Fernando Henrique Cardoso 1998.
Lula se quejó de la “judicialización de la política” y Rui Falcao reforzó la idea al denunciar un “ataque odioso a la familia del presidente Lula”.
“Tenemos que reaccionar a la campaña de odio e intolerancia de la oposición conservadora y medios monopólicos.”
Al llegar a la reunión del directorio petista, el fundador del partido fue recibido con aplausos, vivas y el “que los cumplas feliz” por los 70 celebrados el 27 de octubre. Antes de viajar a Brasilia Lula festejó su aniversario en San Pablo junto a la presidenta Dilma Rousseff, ministros y el titular del partido, Falcao.
Recibió felicitaciones del ex mandatario francés Nicolas Sarkozy, con quien firmó en 2008 un pacto de defensa que permitió a Brasil afianzar su autonomía estratégica ante Estados Unidos, y desde Argentina lo llamó el candidato presidencial Daniel Scioli.
“Hablaron del cumpleaños y otros asuntos. Ellos se habían reunido en septiembre en Argentina”, comentó ayer una fuente del Instituto Lula ante la consulta de este diario que quiso saber si se conversó sobre las elecciones argentinas.
“También hablaron de la segunda vuelta en Argentina, el ex presidente Lula dijo a Scioli que en estos momentos hay que tener garra. Habló de su experiencia en las elecciones de 2002. Que pensaba que iba a ganarla en primera y al final tuvo que ir a segunda vuelta. Lula contó que al día siguiente de la primera vuelta estuvo un poco caído de ánimo, pero se fue recuperando y terminó ganando tranquilo.”
Hincha devoto de Corinthians el ex mandatario recibió un saludo grabado por los técnico Tite y jugadores del Timao.
El líder de los campesinos sin tierra, Joao Pedro Stédile, le auguró “seguir ayudando al pueblo brasileño a tomar conciencia sobre nuestros enemigos” y el cantante Chico Buarque le dedicó una frase alusiva al acoso jurídico del que es víctima Lula y su hijo, que el martes fue citado a declarar por una jueza: “Querido Lula, bievenido al grupo de los setentones, recibe mi solidariad no sólo por los setenta años sino por todo lo que estás enfrentando, estoy contigo, como siempre”.
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