EL MUNDO › BUSH FIRMO EL PRESUPUESTO DE DEFENSA DE 2004
El gasto militar más elevado
George W. Bush firmó ayer el presupuesto de Defensa para 2004, el más caro de la historia de Estados Unidos. Esta ley contempla un aumento del dos por ciento –401.000 millones de dólares– en los gastos de defensa y una suba del cuatro por ciento en el sueldo de los militares norteamericanos. El presupuesto, que fue aprobado el 12 de noviembre por el Congreso estadounidense, no incluye el costo de la guerra en Irak.
En esa oportunidad, el Parlamento autorizó también 9100 millones de dólares para misiles balísticos que, según Bush dijo ayer, servirán para “defender debidamente a nuestro pueblo”. Además, según el diario Washington Post, el Departamento de Defensa norteamericano estudia la creación de una fuerza militar dedicada a mantener la paz y la reconstrucción de países que atraviesen futuros conflictos.
Acompañado por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, Bush firmó ayer el nuevo presupuesto en una corta ceremonia en el Pentágono. Según el mandatario, esta ley ayudará a construir una fuerza militar “más rápida, inteligente y ágil” contra los enemigos que “se esconden en las sombras”. Además de ser un dos por ciento más abultado que el del año pasado, el nuevo presupuesto otorga un aumento del cuatro por ciento a los militares apostados en Irak porque “afrontan un deber enorme e histórico”. Este presupuesto no incluye el paquete de emergencia de 87.500 mil millones de dólares que el Parlamento aprobó el 6 de noviembre para la reconstrucción de Irak y Afganistán. Después de un largo tira y afloje entre los demócratas y los republicanos, el Parlamento, que tiene una mayoría republicana, aprobó este paquete que alcanzaría para pagarles a todos los desocupados norteamericanos un seguro de desempleo durante 10 años. Actualmente, la tasa de desempleo de ese país es del 6 por ciento.
Según el Washington Post, el Pentágono analiza la creación de varias brigadas de ingenieros, policías militares, oficiales administrativos y otros especialistas para enviarlos a zonas que atraviesan una posguerra “crítica”. Si se concreta, esta iniciativa cambiará significativamente la postura de Bush, que desde que asumió la presidencia se ha resistido al despliegue de misiones de paz estadounidenses y, en cambio, ha tratado por todos los medios de que los europeos y otros aliados carguen con esas tareas. El proyecto también va a contramano del ejército norteamericano, que siempre se opuso a la idea de establecer fuerzas concentradas en mantener la paz. Pero en Irak, los norteamericanos se encontraron con una resistencia iraquí bien organizada y la ayuda de los países aliados fue mucho menor de lo que Washington esperaba. Por eso, el Pentágono se ha visto forzado a buscar alternativas para organizar las tropas en las operaciones de posguerra.