Venezuela empezó una nueva etapa. El triunfo parlamentario de la oposición rompió con la hegemonía chavista de 16 años, aunque aún debe definirse el poder que tendrá para impulsar sus proclamas de cambio y planes de intervención de leyes orgánicas. La coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aseguró 99 escaños contra 46 del oficialismo socialista, de una Asamblea Nacional de 167 escaños que se instalará el 5 de enero. Al cierre de esta edición, el Consejo Nacional Electoral aún no había anunciado el resultado de los 22 escaños restantes, por lo que la oposición podría alcanzar una mayoría calificada de tres quintas partes (101 bancas) o incluso la de dos terceras partes (112).

Apenas anunciado en la madrugada de ayer el resultado oficial, el presidente Nicolás Maduro aceptó la derrota y atribuyó este “revés coyuntural” a una “guerra económica” de empresarios de derecha, admitiendo el descontento popular por el alto costo de vida y la aguda escasez de alimentos que provoca largas filas en los supermercados. “Yo podría decir hoy: ha triunfado la guerra económica, ha triunfado una estrategia para vulnerar la confianza colectiva en un proyecto de país, ha triunfado circunstancialmente el estado de las necesidades creado por una política de capitalismo salvaje, de esconder los productos, de encarecerlos”, aseguró el gobernante. “Se abre una nueva etapa de nuestra revolución bolivariana”, auguró quien asumió en abril de 2013.

La oposición aseguró haber obtenido 112 curules, pese a que aún no se conocía el segundo boletín del Consejo Nacional Electoral. Así lo anunció el dos veces ex candidato presidencial, Henrique Capriles, en rueda de prensa en Caracas. “En este momento tenemos ya 112 diputados adjudicados y faltan por adjudicar 4. Estamos hablando que el cambio tiene 112 diputados y el PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela) tiene 51, es más del doble.”

Capriles dijo que la victoria de la variopinta alianza MUD –que incluye partidos de izquierda y extrema derecha– refleja un claro mensaje. “El mandato es clarito, el país clama por un cambio para sacar a Venezuela de la crisis económica y social que incluso ha desplazado a la peor situación de violencia criminal que vive Venezuela.” Si la MUD alcanza los 112 escaños o más, esa mayoría calificada le permitiría en el parlamento revisar tratados internacionales como Petrocaribe, intervenir leyes orgánicas como el control de precios y cambios, promover una reforma constitucional o una asamblea constituyente y hasta remover a las cúpulas del Tribunal Supremo de Justicia y los poderes públicos. Además, podría impulsar una amnistía para dirigentes presos como Leopoldo López. Capriles exhortó a Maduro a “que se ponga a la orden de la nueva Asamblea Nacional” y advirtió que si las autoridades continuaran radicalizando sus políticas, la nueva mayoría parlamentaria acelerará “la activación de cualquier mecanismo constitucional”. El gobernador del estado Miranda aludió de ese modo al referendo revocatorio del mandato de Maduro, al que legalmente podría convocarse antes de la mitad del año próximo, siempre que se consiga la cantidad necesaria de firmas de ciudadanos para promoverlo.

En tanto para Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, la derrota significa “un tropiezo” en la revolución, e invitó a los chavistas a “aprender de los errores y avanzar”. “Si decías ser chavista y votaste por la oposición los hechos demostrarán tu error. Alos chavistas leales mi vida por ellos y para ellos. Unidad de las Fuerzas Revolucionarias, unidad de los Patriotas, debemos mantenernos unidos, este es un momento para reunificar fuerzas”, dijo el también primer vicepresidente del PSUV.

Cabello quien resultó reelecto como diputado para el próximo período legislativo 20162021, expresó: “Me niego rotundamente a rendirme, desde la trinchera que sea mi vida le pertenece íntegramente a la revolución bolivariana y a nuestro pueblo”.

Analistas locales anticiparon pronósticos. “Es un camino lleno de posibilidades de concertación, pero también de resistencias. El riesgo de generar más ingobernabilidad es muy grande tanto para el gobierno como para la oposición. Es mucho lo que está en juego”, declaró la politóloga Elsa Cardozo, de la Universidad Simón Bolívar (USB).

“Uno espera que se pueda abrir un canal para que la transición en la Asamblea sea más o menos normal, o será una transición salvaje”, dijo a Colette Capriles, analista de la USB.

Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis, coincidió en que “al como quedan las fuerzas políticas en el país, solo hay dos escenarios: negociación o guerra”. “Ojalá negociación”, subrayó.

El panorama no luce nada fácil. Venezuela –el país con las mayores reservas de crudo del mundo que obtiene del petróleo 96 por ciento de sus divisas– cerrará 2015 con una contracción económica de 10 por ciento y una inflación preocupante. Los venezolanos se quejan también de la inseguridad –Venezuela es el segundo país más violento del mundo después de Honduras, con 62 homicidios por cada 100.000 habitantes, según la ONU–. “Va a haber una tensión entre la demanda de cambio político y la demanda de la vida cotidiana, de salir de la crisis en términos económicos y sociales”, comentó Colette Capriles.

Las elecciones fueron saludadas por el secretario estadounidense de Estado John Kerry, quien instó al “diálogo”; el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; la Unión Europea, y varios países latinoamericanos. Bolivia y Nicaragua plantearon una “reflexión”.