Martes, 29 de diciembre de 2015 | Hoy
EL MUNDO › COREA DIO FIN A SUS QUEJAS POR EXCESOS JAPONESES EN LA SEGUNDA GUERRA
Con el tratado firmado ayer, el gobierno japonés pidió perdón a las víctimas y arregló una indemnización por los daños causados. Corea del Sur y Japón estaban enfrentados durante 70 años por este tema.
Corea del Sur y Japón alcanzaron ayer un histórico acuerdo para poner fin al conflicto que mantenían desde hace 70 años por la esclavización sexual a la que fueron sometidas miles de mujeres coreanas por los soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial. El pacto, firmado en Seúl por los cancilleres de ambos países y recibido con beneplácito por Estados Unidos y China, contempla las disculpas oficiales de Japón por los hechos acaecidos y una compensación económica a las víctimas, tal y como había exigido el gobierno surcoreano. Los dos vecinos de Asia Oriental mantuvieron en los últimos 26 años fuertes choques diplomáticos debido a que Seúl exigía disculpas oficiales a Tokio, que consideraba zanjado el asunto con el tratado de normalización de relaciones de 1965. Sin embargo, el canciller de Japón, Fumio Kishida, dio ayer un giro de 180 grados a la postura de su gobierno al expresar disculpas por el daño causado a las mujeres coreanas víctimas de abusos sexuales por los soldados del Ejército Imperial nipón durante la primera mitad del siglo pasado.
“El episodio de las esclavas sexuales fue una grave afrenta al honor y la dignidad de un gran número de mujeres, y el gobierno de Japón es dolorosamente consciente de las responsabilidades que esto implica”, expresó Kishida en un comunicado conjunto tras la reunión con su homólogo surcoreano, Yun Byung-se. Kishida entregó a Byung-se una misiva del primer ministro nipón, Shinzo Abe, para pedir perdón a las víctimas. En el texto, Abe expresó “sus más sinceras disculpas y arrepentimiento a todas las mujeres que fueron sometidas a inconmensurables y dolorosas experiencias y sufrieron heridas físicas y psicológicas incurables”, según informó un comunicado posterior.
Como parte del acuerdo, Tokio y Seúl convinieron asimismo la creación de un fondo de apoyo a las víctimas de cerca de mil millones de yenes (7,6 millones de euros), un dinero que aportará Japón, país que reconoce su responsabilidad en toda la línea. Si las medidas acordadas se ponen en marcha y se mantienen a largo plazo, los dos gobiernos darán por zanjado en forma definitiva y sin vuelta atrás el asunto, dijo Kishida. La polémica por lo que eufemísticamente se ha denominado “mujeres de consuelo” fue hasta ahora, y durante más de 70 años, el mayor obstáculo para una mejora de las relaciones entre ambas naciones asiáticas.
La cifra de víctimas, cuyo número real nunca podrá saberse, principalmente proceden de Corea y China, y fue estimada por historiadores en unas 200.000 mujeres, la mayoría niñas y adolescentes forzadas a prestar servicios sexuales a las tropas japonesas, desde los años 30 del siglo pasado y, sobre todo, hasta las postrimerías de la Segunda Guerra. La posición de Japón, que ocupó la península de Corea de 1910 a 1945, era la de considerar que este asunto se había solucionado en 1965 con el acuerdo que restableció los lazos diplomáticos entre Tokio y Seúl.
Además, Japón reconoció en 1993 su culpabilidad en la explotación sexual de estas mujeres, cuando fue creado un fondo para pagarles compensaciones económicas. Sin embargo, este fondo fue financiado con donaciones privadas, y no por el gobierno japonés, para mayor consternación de Seúl. En virtud del acuerdo de 1965, Japón concedió 360 millones de dólares al Gobierno de Park Chung-hee, padre de la actual presidenta surcoreana, Park Geun-hye, para indemnizar a todas las víctimas de la colonización y dar por concluido el asunto. Sin embargo el conflicto subsistió hasta ahora. Corea del Sur estimaba que el acuerdo de 1965 no compensaba de forma individual a las víctimas de los crímenes de guerra del ejército nipón, por lo que siguió exigiendo un verdadero arrepentimiento. Tras años de estancamiento en el tema, Park y Abe acordaron el mes pasado superar el conflicto.
Desde Estados Unidos, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, elogió ayer el coraje que supone el pacto y pidió el apoyo de la comunidad internacional para su implementación. “Aplaudimos a los líderes de Japón y la República de Corea por tener el coraje y la visión para alcanzar este acuerdo, y pedimos a la comunidad internacional que lo apoye”, dijo Kerry en un comunicado. Kerry destacó que los dos países dejaron claro que el acuerdo es definitivo e irreversible y pone punto y final a décadas de animosidad.
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