Sábado, 16 de enero de 2016 | Hoy
EL MUNDO › COLOMBIA AUTORIZO LA INVESTIGACION
El gobierno colombiano autorizó la búsqueda de los restos del sacerdote Camilo Torres (foto), miembro de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) que cayó en combate hace casi 50 años, confirmaron ayer fuentes de la Arquidiócesis de Cali.
El arzobispo de esa ciudad, Darío de Jesús Monsalve, habló con el presidente Juan Manuel Santos, quien le explicó que la Fiscalía y Medicina Legal están investigando en el departamento de Santander, donde murió Torres, para encontrar su restos. El sacerdote murió en 1966 en Patio Cemento (Santander), durante el primer combate en el que participó como miembro del ELN contra el ejército colombiano. Su cadáver fue enterrado en un lugar que nunca se reveló y desde entonces se ha convertido en uno de los iconos de esa guerrilla y de los movimientos izquierdistas en América latina a raíz de que el cantautor chileno Víctor Jara le dedicó una canción.
El arzobispo Monsalve aseguró ayer que es muy optimista con la misión de búsqueda, pues su objetivo es “poder darle cristiana sepultura” a Torres.
El ELN pidió hace una semana al gobierno colombiano que buscara los restos de Torres a través de un comunicado en su página web y su cuenta de Twitter.
En su petición afirmaron que ese sería un “gesto de paz” para iniciar los diálogos con este grupo guerrillero. “Llamamos a que los restos físicos de Camilo Torres, cuya ubicación se desconoce desde el día de su muerte, sean entregados y se les brinde, en nombre de su dignidad, la debida sepultura”, indica el comunicado del ELN publicado el pasado 8 de enero. El ELN, la segunda guerrilla de Colombia con alrededor de 1.500 combatientes, mantiene desde enero de 2014 “diálogos exploratorios” con el gobierno de Bogotá, a fin de abrir un proceso de paz análogo al que desarrollan desde hace más de tres años en La Habana el Ejecutivo y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Torres, nacido en 1929 en Bogotá y ordenado sacerdote en 1954, estuvo fuertemente influido por la doctrina de la Teoría de la Liberación, fue cofundador de la primera facultad de Sociología de Colombia y del Frente Unido del Pueblo, un movimiento de inspiración marxista, antes de unirse al ELN.
De la leyenda de Camilo Torres, el cura guerrillero, se han dicho muchas cosas. Tantas, que a veces hasta parece que hubiese durado toda la vida en el Ejército de Liberación Nacional (ELN), cuando la verdad es que apenas y estuvo cuatro meses en ese grupo armado ilegal. Participó durante mucho tiempo, eso sí, en la lucha social, a la cual se dedicó con ahínco siendo capellán de la Universidad Nacional, desde 1954.
Llevaba más de una década en ésas cuando decidió ingresar al ELN, con el cual había entrado en contacto a través de células de simpatizantes en la Universidad Nacional. Tenía 36 años y aunque estaba decidido a dar hasta la vida por las ideas que defendía, no sabía que escasamente alcanzaría a cumplir los 37 antes de morir en uno de sus primeros combates.
No era muy bueno con las armas, dicen las pocas personas que lo vieron monte adentro. Incluso lo deja entrever el hombre que le dio instrucción militar, quien para ese entonces era más bien un niño: Nicolás Rodríguez Bautista, el mismo al que desde entonces todo el mundo conoce como “Gabino” y que ahora es el máximo jefe del ELN. Según Gabino, y no es difícil creerlo, ese octubre de 1965 en el que Camilo Torres llegó al campamento de los alzados en armas hubo gran sorpresa, pero pocos de sus compañeros reconocieron al clérigo alto y ojiazul que desentonaba entre los campesinos del grupo.
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