La policía de Chicago encontró a seis mexicanos muertos con señales de haber sido golpeados en el interior de su casa en el sur de la ciudad. Todos los asesinados eran familia, Rosaura Hernández y Noé Martínez, ambos de 60 años, sus dos hijos Noé y María Herminia, así como los dos hijos de ésta, Alejandro, de 10, y Leonardo, de 13. El jefe de detectives de la policía de Chicago, Roy Eugene, dijo que todas las víctimas habían sufrido fuertes golpes, que no había señales de disparos en la casa y que los efectivos encontraron las puertas de la vivienda cerradas, sin ninguna muestra de que hubieran entrado por la fuerza o sustraído pertenencias de la familia. Los cuerpos de la familia fueron hallados cuando agentes acudieron a la casa a realizar una inspección, luego de que un compañero de trabajo de Noé llamó a las autoridades debido a que en varios días no lo había visto. Esa persona había faltado por dos días consecutivos al trabajo, lo cual era “altamente inusual y muy sospechoso”. Por el estado en el que fueron encontrados los cuerpos, las autoridades creen que las seis personas fueron asesinadas la tarde del pasado martes.