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Desde Roma

Las medidas de seguridad se multiplicaron, como se pudo ver ayer en las calles de Roma donde pululaban autos de la policía y de carabineros y cuanta sirena sonaba llamaba la atención de la gente que miraba para todos lados en busca de una explicación. A 24 horas de los atentados de Bruselas, Roma presentó también ayer otra de las caras del miedo: cientos de autos, muchos cientos más que los días normales, se volcaron a las calles haciendo que el tránsito, ya de por sí complicado en la Ciudad Eterna, se hiciera imposible. Es que la gente decidió ir a trabajar por sus propios medios, con su propio auto. No usar el subte ni el tren y, en última instancia, tomar un micro. Y por eso las paradas de buses estaban llenas, incluso a las horas que generalmente están semi vacías.

Por supuesto las medidas de seguridad se intensificaron también en los aeropuertos y en las bocas y pasillos de los subtes, donde ya desde hace algunos meses hay hombres del ejército de guardia. “Italia hasta ahora ha tenido un sistema de prevención que ha funcionado. Pero esto no quiere decir que sea un país con cero riesgo porque el riesgo cero no existe”, declaró el ministro del Interior, Angelino Alfano. “Los países de la Unión Europea (UE) deben dejar de lado los celos y compartir las informaciones de inteligencia y de policía con los demás estados miembros”, añadió. En 15 meses, según publicó la prensa italiana, han sido arrestadas unas 400 personas sospechosas de tener alguna relación con los terroristas islámicos, 74 de ellos fueron expulsados del país.

Según un informe reservado del director del Departamento de Coordinación de los Servicios Secretos, Giampiero Massolo, enviado la semana pasada al Copasir (Comité Parlamentario para la Seguridad de la República) y publicado ayer por el diario Corriere della Sera, no sólo existen células terroristas organizadas en Francia y en Bélgica sino también en Italia. Según el informe, las detenciones realizadas en los últimos meses en Italia han permitido descubrir la existencia de esas células estructuradas que podrían entrar en acción en cualquier momento. Entre los objetivos de los terroristas estarían algunos lugares simbólicos de Roma, de Milán y de otras ciudades famosas así como la red de trenes de alta velocidad.

El informe no habla del Vaticano como un posible objetivo de los terroristas sino de Roma en general. Algunos analistas piensan sin embargo que siendo el papa Francisco y el Vaticano el símbolo más importante del catolicismo, los terroristas islámicos podrían intentar un ataque, especialmente durante este Año Santo de la Misericordia –y la Semana Santa en curso– en el que miles de peregrinos de todo el mundo aprovechan para visitar el Vaticano. Basta recordar el atentado que sufrió el papa Juan Pablo II durante una audiencia en la Plaza de San Pedro en 1981. Un extremista turco le disparó varios tiros.

Con estos antecedentes más los recientes atentados en París y Bruselas, las medidas de seguridad de hecho han sido reforzadas, incluso con la colaboración de voluntarios católicos. Pero está claro que Francisco, como él mismo ha dicho varias veces, no quiere vivir detrás de una muralla protectora. Y por eso su papamóvil es abierto hasta el día de hoy, no cerrado como fue el de Juan Pablo II después del atentado.

El Vaticano, por boca de su portavoz, padre Federico Lombardi, ha reiterado que el programa de la Semana Santa no será cambiado pese a los atentados de Bruselas. Y eso significa que Francisco el hoy Jueves Santo se trasladará a Castelnuovo di Porto, a unos 35km de Roma, una localidad donde viven muchos inmigrantes y donde realizará la ceremonia del lavado de pies. Mañana celebrará el Via Crucis en el Coliseo de Roma y el Sábado de Gloria y el Domingo de Pascua celebrará misas en el Vaticano.

Si bien la seguridad es una de las principales preocupaciones del gobierno italiano, tanto el primer ministro Matteo Renzi como el presidente Sergio Mattarella, políticos de distintos partidos y exponentes de los servicios como el ex director del Sismi (Servicio de Informaciones y Seguridad Militar), Nicoló Pollari, coinciden en señalar que no basta que un país tome medidas sino que Europa debe reunir sus fuerzas para afrontar este enemigo común. “La UE debe ser resolutiva esta vez. Debemos invertir en la seguridad y en la defensa común –dijo Renzi–. Y también invertir en nuestras ciudades, en las periferias urbanas anónimas, llevando escuelas, infraestructuras, lugares de integración social”.

Algo más se podrá saber sobre qué piensa hacer Europa, al concluir la reunión de urgencia convocada para hoy en Bruselas de los ministros del Interior y de Justicia de los 28 países de la UE.