Jueves, 24 de marzo de 2016 | Hoy
ESPECIALES › MOVIMIENTO ECUMENICO POR LOS DERECHOS HUMANOS
Por Arturo Blatezky
Aún hoy, luego de décadas, produce profunda consternación y el mismo dolor permanente solamente el recuerdo de la vertiginosa y mortal sucesión de los hechos: Al mismo tiempo en que el Pastor Ernesto Heuser llevara al grupo de jóvenes de nuestra parroquia de la Iglesia Evangélica del Rio de la Plata a participar del trabajo de uno de los primeros proyectos ecuménicos de este tipo, la creación de una salita de primeros auxilios con guardería y apoyo escolar en la que fuera en ese momento “Villa Comunicaciones”, el asentamiento más grande de la ciudad de Buenos Aires, se suceden: en 1964 el golpe en Brasil, luego Bolivia, la invasión de los Estados Unidos a la República Dominicana y en 1966 el golpe en Argentina.
A ello se suma el genocidio del pueblo paraguayo, vigente desde 1954
Lo que de este modo sangriento comienza a expandirse invadiendo nuestro continente es la “Doctrina de la Seguridad Nacional”. Es por ello que miles de chicas y chicos de esa generación de las iglesias cristianas de la Argentina, tanto católicos como evangélicos, juntamente con sus sacerdotes, pastores, religiosas y religiosos, fueron “desapareciods” y exterminados, en lo que no dudo en calificar como una de las mayores persecuciones de cristianas y cristianos del Siglo XX, a la vez que uno de los más importantes testimonios de lo que es realmente la Iglesia fiel a Jesús y consecuentemente su amor preferencial por las y los pobres, en su compromiso y martirio hasta la muerte junto a ellas y ellos, crucificadas todas y todos hoy por el sistema genocida del capitalismo y sus instrumentos fundamentales: el imperialismo y el fascismo cuando fuera necesario para doblegar la resistencia de los pueblos.
Para entender por qué tantas cristianas y cristianos de las iglesias ecuménicas comprometidas con nuestro pueblo hasta entregar sus vidas por la justicia, la fraternidad y la paz irrumpieron en la vida social y militante en nuestro país y los otros países latinoamericanos es necesario recordar algunos hitos de importancia fundamental que se dieron en la Iglesia Católica y en las iglesias de la Reforma del Siglo XVI. Trataré de mencionar los mas importantes:
1962 1965: II Concilio Vaticano, 1967: “Mensaje de los obispos del Tercer Mundo”, 1968: Asamblea General del Episcopado Latinoamericano en Medellin, 1969: Surgimiento del “Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo” en la Argentina y de muchos otros grupos sacerdotales y laicos profundamente comprometidos con las y los pobres en otros países de America Latina.
Por su parte las iglesias evangélicas históricas y ecuménicas, nacidas con la Reforma del Siglo XVI así como las diversas iglesias Orientales (Ortodoxas) habían creado luego de un muy largo proceso de integración en 1948 como “Nunca Mas” a los genocidios de la segunda mitad del S. XIX y primera mitad del S. XX el “Consejo Ecuménico (Mundial) de Iglesias” en Ginebra, Suiza, nacido paralelamente y en parte impulsado por las mismas personas las Naciones Unidas.
Una cantidad de pastores, sacerdotes, obispos, religiosas y religiosos así como laicos y laicas católicos y evangélicos participaron de la creación y el trabajo de la APDH. Fue sin embargo muy importante que en febrero de 1976 se creara un movimiento a través del cual las iglesias mismas se comprometieron como tales en la defensa de la vida, la dignidad y los derechos de las personas, así como se había recomendado a la delegación que viajó en diciembre de 1975 tanto en el Consejo Mundial de Iglesias en Ginebra como en la Santa Sede en Roma. Además, de hecho varias de las iglesias fundadoras del MEDH ya estaban trabajando conjuntamente en defensa de la vida y los derechos de los refugiados en la Comisión Argentina de Refugiados.
La ocasión puntual para la creación del MEDH fue el asesinato de José Tedeschi y Francisco Soares, sacerdotes profundamente comprometidos con la vida de los pobres, a comienzos de febrero de 1976. Entre otros estuvieron presentes en ese primer encuentro fundacional Adolfo Perez Esquivel, Jorge Pascale, Carlos Gattinoni, José de Luca, Eduardo Pimentel y Guillermo Frugoni Rey.
El 9 de julio en una segunda Asamblea fundacional, esta vez sobre la base de las iglesias, los delegados nombrados por las mismas crearon oficialmente el MEDH como organización eclesial de derechos humanos.
Hoy trabajamos e modo especial en diversos proyectos de resistencia al criminal sistema capitalista instalado mediante el terrorismo de estado en 1976 y sus consecuencias de marginación y muerte. Así es que llevamos adelante un juicio penal contra los principales responsables del aparato bancario y financiero que sistemáticamente produjeron el atroz empobrecimiento y la degradación de las condiciones de vida ante todo de los más pobres y jóvenes de nuestro pueblo.
Otro campo de trabajo del MEDH en la actualidad que consideramos de enorme importancia es el de la prevención, la atención y la defensa de mujeres, niñas y niños que sufren situaciones de violencia, maltrato y abuso.
Este programa se lleva adelante en más de 30 centros de asesoramiento y defensa de mujeres, jóvenes y niñas/os en parroquias pobres y proyectos barriales evangélicos y católicos.
A su vez, en cada una de las regionales que el MEDH tiene en las provincias del interior de la Argentina las/los compañeras/os y las comunidades tratan de responder a las problemáticas más acuciantes de la zona y a las violaciones a los derechos humanos que se registran y la ayuda que le es solicitada.
Como es de imaginar estas violaciones a la dignidad y derechos de nuestro pueblo es múltiple y alcanza desde la impunidad de los responsables por las inundaciones en Santa Fe pasando por la expoliación de la tierra de los pueblos originarios y la esclavización de los trabajadores en los yerbatales misioneros hasta la mortandad infantil por la contaminación petrolífera de las tierras patagónicas, los criminales programas del monopolio sojero y el consecuente envenenamiento y degradación de los seres humanos y la naturaleza toda hasta el igualmente genocida sistema de la minería a cielo abierto. En todo ello se confirma entre nosotros cada día, que el genocidio de ayer fue necesario para instalar un sistema económicosocialpolítico criminal que perdura impunemente en el genocidio de la actualidad.
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