Lunes, 25 de abril de 2016 | Hoy
EL MUNDO › EN ALEMANIA, OBAMA SE MOSTRó CONVENCIDO DE PODER FIRMAR CON EUROPA UN ACUERDO DE LIBRE COMERCIO
Merkel defendió el tratado de Asociación Transatlántica para la Inversión y el Comercio (TTIP) previsto entre la UE y EE.UU. Provoca rechazo entre la izquierda de los países del bloque y, cada vez más, entre sectores centristas.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel, dejaron atrás las rispideces que tuvieron por el espionaje de Washington a la líder alemana. El mandatario, que viajó a la ciudad alemana de Hannover para su quinta y última visita oficial a Alemania, llegó para discutir primero con la canciller y luego con los líderes de las potencias económicas europeas, la firma inminente de un tratado de libre comercio. Merkel defendió el acuerdo previsto entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos y definió como una situación “win-win” (todos ganan) al tratado de Asociación Transatlántica para la Inversión y el Comercio (TTIP, por sus siglas en inglés), en su videomensaje semanal de los sábados. Carteles, banderas y música sirvieron de escenario a la marcha en la que miles de personas protestaron el fin de semana contra el tratado de libre comercio, en una movilización que se desarrolló sin incidentes por las calles de Hannover, encabezada por 35 tractores y acompañada por un gran caballo de madera con el cartel: “TTIP: ¿un troyano?”.
Después de aterrizar en suelo teutón, Obama se trasladó al palacio de Herrenhausen, en Hannover, donde lo esperaba Merkel, para mantener una primera reunión bilateral sobre el tratado de libre comercio. El acuerdo es respaldado por las principales economías de Europa, pero genera rechazo entre la izquierda de los países del bloque regional y, cada vez más, entre sectores centristas. Tras la reunión, Merkel y Obama hablaron en una conferencia de prensa. “No afirmo que podamos completar la ratificación (del TTIP) para fin de año. Pero sí anticipo que tenemos el acuerdo cerrado”, aseguró el mandatario estadounidense, que calificó a Merkel como su socia y amiga. “Coincidimos en que debemos seguir avanzando con el TTIP”, agregó.
A su lado, la canciller alemana celebró que Obama apoye el proceso en los próximos meses. “Deberíamos darnos prisa”, acotó la mandataria en un mensaje que pareció estar dirigido a sus socios europeos y en una evidente referencia a los cambios que podrían suceder en Estados Unidos luego de las elecciones presidenciales de noviembre próximo, ya que los dos candidatos opositores aún no se han definido sobre el TTIP. “El tiempo no está de nuestra parte”, coincidió Obama, quien además sabe que el próximo año franceses y alemanes también elegirán a sus gobiernos.
Obama también aprovechó la conferencia de prensa para referirse a la situación de los refugiados en Europa y a los principales conflictos del mundo. Elogió a su anfitriona por estar “en el lado correcto de la historia” y mostrar preocupación por la llegada de más de 1,2 millones de refugiados de Medio Oriente y Africa a Europa. Merkel fue una de las detractoras de los países europeos que levantaron muros y cerraron sus fronteras para frenar el avance de los refugiados; sin embargo, fue la principal impulsora, dentro del bloque europeo, para sellar un acuerdo con Turquía, blindar las fronteras externas del continente y deportar a los demandantes de asilo a ese país musulmán.
Durante la reunión, en la que hubo un clima de despedida, ambos jefes de Estado ratificaron la fortaleza del vínculo transatlántico. “Es la amistad más importante que he tenido durante mi presidencia”, aseguró Obama para elogiar a la canciller en una rueda de prensa en la que ambos se tutearon, se sonrieron y se llamaron desde el primer minuto por el nombre de pila.
En referencia a las protestas del sábado por la implementación del TTIP, Obama sostuvo que, pese a que la globalización “descolocó a mucha gente”, el comercio exterior trae beneficios a la población, y señaló que los tratados comerciales, indiscutiblemente, fortalecieron las economías de Estados Unidos y Alemania e hicieron más competitivas a sus empresas.
El apoyo social al tratado en Alemania –cuya economía está muy volcada al sector exterior– cayó de forma notable en los últimos años, según una encuesta de la fundación Bertelsmann. El sondeo sostiene que el 33 por ciento de los alemanes no desea el TTIP y que el 17 por ciento cree que es algo positivo para el país. Hace dos años, el apoyo al acuerdo era del 55 por ciento y el rechazo ascendía a 25 por ciento. Por eso, anteayer, miles de personas respondieron al llamado de partidos políticos, sindicatos, grupos ecologistas y organizaciones humanitarias, y salieron a las calles de Hannover para repudiar la firma del acuerdo. La Policía estimó que fueron 35.000 participantes; los organizadores elevaron esa cifra a 90.000. La marcha reunió a ciudadanos de todas las edades bajo un mar de banderas y carteles como “Librerías en lugar de libre comercio” o “Estadounidenses contra el TTIP”, tratado que crearía la mayor zona de libre comercio del mundo al abarcar a 800 millones de personas. Grupos de defensa del medio ambiente y de los consumidores, organizaciones sociales y sindicatos denuncian falta de transparencia en las negociaciones del acuerdo y aseguran que rebajará estándares laborales, sociales y medioambientales.
La jefa de Los Verdes, Simone Peter, pidió renegociar el acuerdo. “Percibo que el rechazo de la sociedad civil está creciendo, no sólo en Europa, sino también en Estados Unidos”, señaló. El ex ministro de Medio Ambiente, Jürgen Trittin, también de Los Verdes, apuntó: “Aquí están manifestándose buenos transatlánticos: no estamos contra un acuerdo justo entre Europa y Estados Unidos, sino en contra de dar derechos especiales a las corporaciones”.
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