La comisión creada por el presidente Nicolás Maduro para vigilar el proceso de referéndum revocatorio pidió ayer al Poder Electoral que detenga la consulta en caso de que la oposición incurra en actos violentos. Ante miles de seguidores, Maduro aseguró el domingo que el plebiscito era una opción. “Aquí lo único que es obligación son las elecciones presidenciales y serán en diciembre de 2018”, sentenció el mandatario, tras llamar a sus seguidores a declararse en rebelión en caso que tenga que dejar el poder por la vía constitucional o un golpe de Estado. La oposición venezolana presentó ayer, sorpresivamente, 1.850.000 firmas en favor del referendo revocatorio del mandato del presidente. El chavismo, en respuesta a esta medida, descartó tomar represalias contra las personas que firmaron para activarlo.

“No vamos a permitir el doble juego opositor. O se mantienen dentro del cauce democrático o nosotros vamos a solicitar que los procedimientos se detengan hasta que vuelvan a dicho cauce”, señaló Jorge Rodríguez, titular de la comisión presidencial. El también alcalde del municipio Libertador de Caracas formalizó ayer su pedido ante los rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano, algunos de los cuales ya han sido agredidos, aseguró sin dar más precisiones. “De inmediato, vamos a introducir todos los mecanismos jurídicos, administrativos, legales que nos permitan obligar a los violentos a que se vuelvan a colocar dentro del cauce democrático”, agregó. Los opositores, sostuvo, participan de los eventos y elementos que la Constitución les proporciona para el ejercicio democrático y a la vez agreden, violentan, queman, asesinan, destruyen.

Rodríguez, presidente del CNE cuando la oposición logró la convocatoria a un referendo revocatorio del mandato del antecesor y mentor de Maduro, Hugo Chávez, que finalmente lo ganó, dijo que la comisión creada por el actual gobernante tiene la tarea de vigilar que el actual proceso opositor sea limpio.

El funcionario adelantó que pedirá a las autoridades del CNE que autoricen a los miembros de su comisión a estar presentes en los procedimientos relacionados con el referendo, para revisar las firmas de los electores que deben pedirlo formalmente. “Tenemos derecho a una auditoría completa y total y a vigilar de manera permanente todas las fases de la eventual convocatoria a las urnas, porque existe –dijo– el antecedente de que para el referendo contra Chávez se vaciaron nóminas de bancos, empresas y corporaciones y luego hubo gente que dijo ‘yo no firmé’.”

La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que controla el Parlamento, anunció la entrega al CNE de 80 cajas con planillas que consignan 1,85 millón de firmas, casi diez veces más de las 195.721 (1 por ciento del padrón electoral) necesarias para pedir que se inicie el proceso. “Este es sólo el inicio del camino que culminará con la realización del referendo revocatorio y la elección de un gobierno de unidad”, escribió en su cuenta de Twitter el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba.

El CNE, acusado por la oposición de ser aliado del gobierno, dio el 26 de abril 30 días para recoger esas firmas, pero la oposición dijo haber recolectado 2,5 millones, aunque todavía no explica por qué no entregó todas. Según la ley, el CNE debe constatar en cinco días el número de rúbricas y en otros cinco días debe llamar a los firmantes a ratificar su apoyo con su huella digital. Sólo después de validarlas, autorizaría la recolección de los cuatro millones de rúbricas (20 por ciento del padrón) requeridas para convocar al referendo.