Los partidos Podemos e Izquierda Unida (IU) alcanzaron ayer un acuerdo para presentarse juntos a las elecciones generales que se celebrarán el próximo 26 de junio en España. De este modo, las fuerzas progresistas aspiran a vencer al conservador Partido Popular (PP) o, al menos, arrebatarle el segundo lugar al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), posibilidad que pronostican la encuestas. El principio de acuerdo, que se encuentra pendiente de aprobación por parte de las bases de ambos partidos –que votarán entre hoy y mañana–, tiene como objetivo “recuperar el país a favor de las mayorías sociales y ganarle las elecciones al PP”, aseguraron ambas fuerzas. Pablo Iglesias, líder de Podemos, y Alberto Garzón, referente de IU, celebraron el pacto, al que calificaron de histórico en la madrileña Puerta del Sol, con un video que fue compartido a través de las redes sociales. “Se acerca la posibilidad de sumar para ganar”, dijo Iglesias segundos antes de fundirse en un abrazo con Garzón en el emblemático escenario de las multitudinarias manifestaciones del movimiento de los indignados, germen de Podemos. “Unidos sí se puede. Queremos animar a todos los simpatizantes de nuestras formaciones a participar y votar favorablemente este acuerdo”, sostuvo el líder de IU. Tanto Podemos como IU señalaron en un documento elaborado en colaboración que tras el consenso alcanzado entre ambas formaciones en las líneas generales del acuerdo, el secretario de Organización de Izquierda Unida, Adolfo Barrena, ultimará en las próximas horas con su homólogo de Podemos, Pablo Echenique, el documento definitivo para su publicación y ratificación posterior. El 13 de mayo vence el plazo para inscribir la candidatura conjunta. De acuerdo con los últimos sondeos, la coalición de Podemos e Izquierda Unida superaría al PSOE en número de votos.

Antes de las recientes elecciones del 20 de diciembre, Garzón buscó un acuerdo con Podemos, pero Iglesias se negó a negociar un frente de Unidad Popular de la izquierda, como proponía el líder de IU. El PP venció con el 28 por ciento de los votos, seguido por el PSOE con un 22 por ciento, menos de dos puntos más que Podemos, que se ubicó en el 20,66 por ciento (sumando a sus aliados territoriales), mientras IU se quedó con un 3,67 por ciento. Los resultados dieron a la nueva fuerza anti ajuste 69 escaños y a la antigua federación de izquierda solo 2 diputados, 9 menos que en las elecciones de 2011.

Sin embargo, las encuestas posteriores a los comicios de diciembre apuntaron a un retroceso de Podemos y una suba de IU de hasta 6 escaños. Según el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS, estatal), publicado el viernes pasado, el PP volvería a ganar los comicios, seguido por el PSOE y Podemos, que mantendría su tercera posición pero con menos votos. Una alianza entre los dos partidos de izquierda, en cambio, superaría a los socialistas relegándolos a un tercer lugar. De conseguir el segundo puesto, que no parece estar lejos, la izquierda transformaría de forma significativa el panorama político respecto a los recientes comicios, ya que los socialistas se verían ante el dilema de pactar con ellos o facilitar la reelección del presidente en funciones, el conservador Mariano Rajoy, según coinciden los analistas.

Tanto el líder de IU como el de Podemos destacan que el adversario político de su coalición no es el PSOE sino el PP de Rajoy, al que pretenden desalojar de La Moncloa. Son conscientes de que para ello, probablemente, necesitarán del apoyo de los socialistas, previendo una fragmentación parlamentaria similar a la actual, y que el PP y Ciudadanos podría sumar mayoría absoluta. El líder socialista, Pedro Sánchez, asegura que no está preocupado por la alianza de la izquierda porque cree que sacarán menos escaños. El PSOE, no obstante, salió a atacar a Podemos, al que acuso de querer convertirse en la vieja izquierda comunista, obsesionada en superarlos a costa de que la derecha siga gobernando.

Por su parte, el ex coordinador federal de IU y vocero en Asturias, Gaspar Llamazares, mostró su disconformidad con el preacuerdo sellado con Podemos para formar un frente electoral y pidió ver los detalles “dónde se esconde el diablo”. Desde que la posible fórmula fue planteada en las elecciones de diciembre, Llamazares ha sido muy crítico con la coalición con Podemos. En este sentido, pronosticó que el acercamiento con la fuerza de Iglesias será perjudicial para la organización.