Martes, 24 de mayo de 2016 | Hoy
EL MUNDO › AL MENOS 148 MUERTOS EN SIRIA
Combatientes del Estado Islámico (EI) mataron ayer al menos a 148 personas con una serie de atentados explosivos contra estaciones de colectivos, un hospital y una planta eléctrica en dos ciudades del oeste de Siria, en los mayores ataques producidos en ese bastión del gobierno en más de cinco años de guerra civil.
Las siete explosiones coordinadas sacudieron las ciudades de Tartús y Yabla en horas de la mañana y tuvieron como blanco a grandes concentraciones de civiles, por lo que parecieron destinados a enviar el mensaje de que no hay lugar seguro en la devastada Siria.
Tartús y Yabla habían permanecido relativamente al margen de la violencia cotidiana que sacude otras partes de Siria, y se desconocía que el EI tenía presencia en esta zona donde la oposición armada está constituida mayormente por la red Al Qaida y grupos rebeldes con apoyo militar árabe o político de Estados Unidos.
Los atentados también dejaron al desnudo la incapacidad de las potencias de conseguir una reanudación de las conversaciones de paz en Ginebra entre el gobierno y la oposición, que están interrumpidas desde el mes pasado, mientras la violencia va en franco aumento.
Anteayer, una coalición de 30 grupos rebeldes dijo que si en 48 horas el gobierno no ponía fin a sus ofensivas en zonas suburbanas de Damasco controladas por insurgentes, considerarían que una inestable tregua parcial que rige desde febrero ya expiró.
La tregua, de hecho, fue violada repetidas veces, y ya a fines del mes pasado se registró un reinicio de combates a gran escala en Siria. La tranquilidad de esas dos ciudades costeras había hecho que buscaran refugio en ellas cientos de miles de desplazados que abandonaron sus casas en otras partes del país, y que ahora enfrentan las sospechas del ejército local y de los residentes de larga data, no acostumbrados a este tipo de violencia.
Los atentados, sin precedentes en la costa mediterránea, principal bastión del gobierno del presidente Bashar Al Assad, y de la rama del islam a la que pertenece, la minoría alauita, coincidió con el inicio de una ofensiva del Ejército en el vecino Irak para arrebatar al EI la gran ciudad occidental de Al Fallujah.
Al menos un centenar de personas personas murió en Yabla y otras 48 en Tartús, más al sur, incluyendo numerosos niños, informó la ONG pro oposición siria Observatorio para los Derechos Humanos.
El Observatorio, que tiene su sede en Londres y una red de informantes en Siria, dijo que fueron “sin duda los ataques más mortales” en esas dos ciudades desde el comienzo de la guerra en el país, en marzo de 2011, informó la cadena de noticias BBC. En un comunicado, los jihadistas sunnitas del EI dijeron que los atentados fueron una represalia por los ataques aéreos de la aviación de Siria y de su aliada Rusia y prometieron cometer “acciones más devastadoras y amargas”.
Además, el EI, que controla extensos territorios contiguos en el este de Siria y el oeste de Irak, anunció la creación de una “provincia costera” y dijo que los ataques fueron cometidos por una brigada activa en esa nueva división territorial.
Yabla queda en la provincia de Latakia, mientras que Tartús es capital de la provincia homónima vecina. Las dos se mantuvieron en relativa calma mientras la guerra arreció en la zona rural del noreste de Latakia y en el resto del país.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó los ataques “terroristas”, mientras que la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) denunció que los atentados tuvieron como blanco a gran cantidad de civiles y “parecerían constituir crímenes de guerra”.
La agencia de noticias estatal siria SANA informó que en Yabla hubo cuatro explosiones, producto de tres ataques suicidas y de un coche bomba. Entre los blancos figuró el Hospital Nacional de Yabla, ubicado en la entrada de la localidad. Poco después, atacantes suicidas seguidos de la detonación de un coche bomba golpearon una estación de colectivo llena de gente y una planta eléctrica en Tartús, informaron SANA y la TV estatal siria. Los medios estatales dijeron que al menos 78 personas murieron en ambos ataques.
Los atentados provocaron, como reacción, agresiones contra los desplazados, incluyendo un ataque en el que desconocidos quemaron partes del campamento de al-Karnak, en Tartús. Unos 700.000 desplazados de las provincias de Alepo, Idleb y Raqa están asentados en Tartús.
Rusia, que está fuertemente involucrada militarmente en Siria, donde pelea del lado de Al Assad, tiene una base naval en Tartús, su única instalación naval en el Mediterráneo.
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