EL MUNDO › LA ECUATORIANA QUE HALLO A SU HIJA DE TRES AÑOS
Otra niña, pero con un fin feliz
Por Mabel Galaz *
Desde Madrid
Nilsa Arrobo quedó tendida en la calle Téllez con una gran herida en la sien izquierda y fuertes dolores en el pecho y los hombros. La explosión la sorprendió con su hija en brazos. Ambas viajaban desde Guadalajara hasta su casa en la calle de Calera, en Vallecas, en uno de los trenes que explotaron.
“Busquen a mi hija de tres años, la perdí”, rogaba Nilsa a todo el que se le acercaba. “Es morena con el pelo rizado. Vestía una casaquita rosa.” Era una de las súplicas más patéticas en una jornada decididamente negra, y un grito de esperanza en medio de lo que parecía una búsqueda sin ninguna chance. Después de todo, ¿cuántas súplicas, así no resonaban en las inmediaciones de la morgue?
La niña no apareció y Nilsa fue ingresada en el hospital de La Paz con grandes dolores físicos y con la incertidumbre aún más dolorosa de no saber dónde estaba su hijita.
“Milton, cariño –le dijo Nilsa a su marido por un móvil que alguien le dejó– no encuentro a la niña. Qué pena tan grande.”
Pero la niña fue encontrada, en medio de la confusión, por María Dolores, una mujer ecuatoriana como ella, que la refugió en sus brazos. Ambas terminaron en el hospital Doce de Octubre, donde comprobaron que su estado de salud no corría peligro. La pequeña, con rostro serio y una botella en la mano, sólo acertó a decir cómo se llamaba: “Jennifer”. “¿Cuál es tu apellido?”. “No lo sé”.
La mujer, al ver a un equipo del programa Madrid Directo de Telemadrid, pidió a los redactores que grabaran la imagen de la pequeña y que la difundieran. “Hasta que su mamá no aparezca yo la cuidaré como si fuera mía”, dijo la mujer.
La pequeña de tres años vestida de rosa salió al aire en varias ocasiones y su foto quedó colgada de la página Web. Ayer, varias personas se pusieron en contacto con Telemadrid y también con este diario, que contaba en su edición de ayer la historia de Nilsa. Todos querían advertir que había una niña que buscaba a su madre y una madre que buscaba a su hija. Ayer por la tarde ambas se encontraron. Final feliz en medio del horror.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.