EL MUNDO › MORIR EN MADRID
Una camioneta, dos celulares y un video que apuntan contra Al-Qaida
Pese a las primeras acusaciones contra ETA por parte del gobierno español, la investigación del cuádruple atentado ferroviario del jueves está apuntando cada vez más inequívocamente contra la red Al-Qaida. Aquí, la reconstrucción de los indicios hallados.
Por Raúl Kollmann
Página/12, en España
Enviado especial a Madrid
El gobierno español terminó abriendo las compuertas de lo que tenía retenido: la pista principal de la matanza de los trenes apunta a la autoría de un grupo islámico, que se reivindica parte de la red Al-Qaida. Un presunto portavoz “militar” de Al-Qaida en Europa asumió, en nombre del grupo terrorista, la autoría de los atentados mediante un video localizado por la policía cerca de la Mezquita de Madrid. Según el ministro del Interior, Angel Acebes, se trata de una “reivindicación realizada por un varón, en árabe y con acento marroquí”. El hombre que aparece en el video, vestido con ropas típicas árabes, se identificaba como Abu Dujan Al Afgani y dice: “Declaramos nuestra responsabilidad de lo que ha ocurrido en Madrid, justo dos años y medio después de los atentados de Nueva York y Washington. Es una respuesta a vuestra colaboración con los criminales Bush y sus aliados (...)”. “Vosotros queréis la vida y nosotros la muerte.”
Ayer, tras los reclamos de las marchas frente a las sedes del partido oficialista, Acebes admitió que se produjeron siete detenciones: tres marroquíes, dos indios y dos españoles de origen indio. Según explicó el ministro, el canal de televisión Telemadrid recibió una llamada de un hombre con acento árabe que avisaba que había una cinta de video en una papelera. La identidad del protagonista del video no ha podido ser acreditada por los servicios de inteligencia españoles, ni por otros extranjeros consultados. Pero el dato fundamental es que Acebes señaló que, pese a que las detenciones tienen que ver con los celulares usados, uno de los apresados está relacionado con una “organización extremista marroquí”. En mayo de 2003, tras la invasión a Irak, cinco suicidas se lanzaron contra la Casa de España en Casablanca, Marruecos, y contra el consulado belga, un hotel y una sinagoga de esa ciudad, provocando 41 muertos. Fue una combinación de cinco suicidas con bombas pegadas al cuerpo, que perpetraron el ataque contra la Casa Española y el consulado belga, y coches-bomba que apuntaron al hotel Fafir Farra y a una sinagoga. El grupo se reivindica como parte de Al-Qaida que, según consideran los especialistas, no es una organización vertical en que las decisiones se consultan y las decide una cúpula, sino más bien una corriente ideológica recogida por pequeños grupos en distintos países.
Los elementos que son básicos hoy para la investigación del atentado de Madrid son dos celulares y una camioneta Cangoo. De las 13 mochilas que se colocaron en los trenes, tres no estallaron y permitieron un análisis del explosivo, el detonante y el mecanismo para provocar el estallido. Justamente, lo que puso en marcha cada explosión fue un celular al que se le programaba una hora en la función alarma o despertador. Al llegar a la hora fijada, la alarma puso en movimiento una corriente que, transmitida a través del detonador, provocó el estallido. En base a los celulares que quedaron en las mochilas que fallaron, se empezó a hacer el rastreo del lugar en que se compraron. Acebes sostuvo que los detenidos tienen relación “con la falsificación y venta de los celulares” usados en el ataque. Por otra parte, confirmó la existencia de un testigo que vio a tres personas encapuchadas o “con el rostro oculto con bufandas” que supuestamente salían de la furgoneta encontrada. Dentro del vehículo se encontró una cinta de audio con versículos del Corán en árabe y un rastreo electrónico de partículas determinó que en la parte de atrás de la camioneta Cangoo estuvieron los explosivos que se usaron en la masacre.
Los tres marroquíes detenidos han sido identificados como Jamal Zougam, nacido en Tánger; Mohamed Bekkali, mecánico nacido en Tetuán, y Mohamed Chaoaoui, oriundo de Tánger, según informó el ministro de Comunicación yportavoz del gobierno marroquí, Nabil Benabdelá. Además, el ministro aseguró que hay “dos españoles de origen indio” a los que se les está tomando declaración. Los arrestos estarían relacionados con la tarjeta de teléfono prepaga hallada en la mochila bomba que la policía desactivó. Los detenidos fueron arrestados en diferentes barrios de Madrid y se encuentran en dependencias policiales para proceder a su interrogatorio. Por otra parte, el ministro español dijo que se están registrando varios domicilios e inmuebles en Madrid.
Un comerciante de la zona que conocía a los detenidos ha asegurado que los sospechosos tenían un comercio de servicio técnico de celulares que llevaba funcionando al menos cuatro años. Según este mismo comerciante, hace unos meses otro marroquí comenzó a trabajar en el negocio.
Ya en las primeras horas de la tarde de ayer se produjeron filtraciones y se hablaba de que el principal organismo de inteligencia español, la Comisión Nacional de Inteligencia, sólo estaba trabajando la pista islámica y descartaba la pista ETA. Uno de los argumentos que usó el gobierno para imputar a ETA es que el material usado era Titadyne, un explosivo que la organización vasca robó en Francia. Sin embargo, se confirmó que esa fue información falsa y que en cada mochila había unos 10 kilos de Goma 2, un explosivo que fabrica en España la empresa Río Tinto. Voceros de esa compañía dijeron que no tienen registrado ningún robo, pero sucede que el Goma 2 se exporta a varios países donde sí se pudieron haber producido los robos. Con los detonadores pasó lo mismo: primero el gobierno dijo que eran de aluminio, como los que habitualmente usa ETA, y terminó admitiendo que son de cobre.
Los expertos en lucha antiterrorista también están buscando pruebas de ADN en guantes, una camiseta y otros artículos que se encontraron en el interior de la furgoneta. Además están estudiando decenas de huellas dactilares recogidas en el vehículo.