EL MUNDO
Dos testigos vieron en un vagón a uno de los marroquíes detenidos
Los investigadores aseguran que tienen identificados a seis marroquíes como presuntos autores materiales de los atentados. Creen que son solo “parte de la célula”. También siguen la pista de los explosivos.
Por Jorge A. Rodríguez*
Desde Madrid
La policía tiene identificados a seis ciudadanos de Marruecos como presuntos autores materiales de los atentados del 11-M. Uno de ellos es Jamal Zougam, natural de Tánger, quien ha sido reconocido fotográficamente por dos viajeros de uno de los trenes atacados, que aseguran haberlo visto poco antes de las explosiones apoyado en la pared de un vagón. Las fuentes consultadas aseguran que los seis identificados pudieran ser sólo “parte de la célula” que perpetró el asesinato masivo, ya que sospechan que hay “individuos de otras nacionalidades”. La forma en que fueron conseguidos los explosivos es aún una de las grandes incógnitas. España ha convocado en Madrid para los próximos días una cumbre de servicios antiterroristas de la UE.
Paso a paso, los investigadores van desenredando la madeja de los atentados y los cabos van coincidiendo sobre Al-Qaida o la constatación de grupos radicales islámicos que orbitan a su alrededor. Las fuentes de la lucha antiterrorista preguntadas insisten en apuntar la conexión entre los atentados de Madrid y Casablanca. Investigadores marroquíes ya están en Madrid intercambiando información con sus colegas españoles. Las autoridades de Marruecos admiten que existen varias células radicales islámicas que aseguran que están conectadas con Al-Qaida, pero, por ahora, no confirman la conexión entre los dos atentados. No obstante, sí se ha establecido una conexión entre uno de los ya detenidos en España con elementos que participaron en los crímenes de Casablanca, donde la mayor parte de los fallecidos eran marroquíes.
Jamal Zougam supuestamente compartió casa con Abdelaziz Benyaich, en prisión preventiva en España por su supuesta relación con la masacre de Casablanca. El hermano de Abdelazzi, Salaheddine, está encarcelado en Marruecos por su implicación en los atentados magrebesí.
Fuentes de los servicios de seguridad marroquíes que cita la agencia Efe aseguran que Zougam estuvo en Marruecos antes de que fueran perpetrados los atentados de Casablanca y salió del país en abril de 2003. Su rastro fue detectado en Tánger, su ciudad natal. Este ciudadano fue arrestado por orden del juez Baltasar Garzón en noviembre de 2001, en relación con la supuesta célula de Al-Qaida dirigida por Abu Dahdah, y quedó en libertad sin cargos.
La policía cuenta ahora con dos testigos que aseguran que vieron a Jamal Zougam minutos antes de los atentados apoyado contra la pared de un vagón. También cuenta con otros dos testigos que aseguran que han identificado por foto a otras dos personas de aspecto marroquí que, según ese reconocimiento, serían dos personas que habrían estado relacionadas con Abu Dahdah y que habrían combatido en Chechenia y Bosnia. Zougam, cuando fue indagado en 2001, tenía en su poder, además de numerosos teléfonos de supuestos miembros de Al-Qaida, un video en el que aparecían los antedichos hermanos Benyaich junto a los jefes del consejo militar de los islamistas chechenos. Zougam es uno de los seis marroquíes que los investigadores aseguran haber identificado como supuestos autores de la masacre de Madrid. Las fuentes consultadas insisten en que la investigación no se agota en ellos y que podrían aparecer terroristas de otras nacionalidades, implicados en la logística, preparación y comisión. Uno de ellos, según fuentes de las pesquisas, sería el jordano Abu Musad Alsakaoaoui
Los investigadores tratan de seguir también la pista de los explosivos y los detonadores, todos fabricados por Unión de Explosivos Españoles. E intentan averiguar si uno de los identificados pudo haber estudiado en la Escuela de Minas de Nancy (Francia). La dinamita convencional gelatinosa, Goma 2 ECO, utilizada en los atentados se exporta a la mayoría de países de Europa pero no a los del norte de Africa, según fuentes de la compañía. Estas dudan que haya podido distraerse fácilmente una partida de Goma 2 tan grande como la utilizada en el 11-M (entre 100 y 150 kilos repartidos en 13 mochilas).
Los detonadores Riodet de cobre, utilizados en la minería subterránea, y los de aluminio, empleados en la subterránea y a cielo abierto, son más fáciles de distraer en destino. Suelen servirse en grandes partidas, por lo que la sustracción de una veintena es menos difícil.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.