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A partir del reconocimiento de la tropelía por parte de algún o algunos de los integrantes del plantel de la Selección Nacional que participó del Mundial de Italia en 1990, y del obsceno blanqueo de la misma tropelía por parte del relator oficial de la televisión del régimen, cuando cada vez que el brasileño Branco aparecía en primer plano en algún partido internacional entre la Argentina y Brasil vociferaba enfático algo así como: “Che, Branco, Galíndez te trajo alguna ‘cosita’ para vos...”, fue tomando cuerpo y veracidad que en el partido del gol de Caniggia por pase de Maradona –1 a 0 entre Argentina y Brasil en Turín– el bidón que el aguatero del equipo de la AFA, un tal Galíndez, le ofreció al lateral izquierdo brasileño Branco durante una interrupción del partido no contenía precisamente agua.
Vomitivo, o lo que fuere, todo parecía haber sido minuciosamente orquestado por los esbirros del bilardismo, para el caso de que se diera la situación que se dio.
A partir de una investigación del recordado Carlos Juvenal y luego del programa Fútbol prohibido, la lectura de labios de los protagonistas de la escena fue confirmando, sin necesidad de telebeam, que, efectivamente, la infidencia del integrante del plantel y las impunes bravuconadas del relato no eran solamente chismes de vestuario, ni compadradas de pícaros de café.
Galíndez le había ofrecido a Branco, por agua, un bidón con otra cosa.
En los últimos días, una presuntamente “afamada” marca de agua mineral parece haber registrado como “Galíndez” a uno de sus productos. Y dice la promoción que dicho producto es “el agua de la Selección Nacional”.
Falta sólo saber si el próximo sponsor del seleccionado será el Banco General de Negocios de los procesados hermanos Rohm y si en la continuidad de los spots de campaña de dicha agua mineral aparecerá Branco sentado sobre un inodoro.