EL MUNDO › HABLA SAMER SHEHATA, EXPERTO EN MEDIO ORIENTE
“Lo peor sería entrar a Najaf”
Por José Manuel Calvo*
Desde Washington
“Yo creo que durante los últimos días hemos sido testigos de un cambio en Irak y del inicio de un nuevo período. Antes del asalto de Faluja y de la actuación de Múqtada al Sádr existía alguna posibilidad de ganar la paz. Eso hoy ya no es posible; EE.UU. ha perdido la paz. La única posibilidad es que acepten la propuesta de Brahimi (enviado especial de la ONU) de crear un nuevo gobierno.” Samer S. Shehata, profesor del Centro de Estudios Arabes Contemporáneos de la Universidad de Georgetown, cree que la crisis de Irak sólo empezará a resolverse cuando la ONU asuma el control político y EE.UU. se quede con el control militar, pero es pesimista sobre la viabilidad de ese plan.
–¿Qué es lo peor que podría ocurrir en la actual situación?
–En términos de seguridad, el peor escenario sería que EE.UU. entrara en Najaf y matase a un gran número de iraquíes ante la atenta mirada de las cámaras, los iraquíes y la sociedad internacional. Si eso pasa, los chiítas se rebelarán aún más y, tras ellos, otros iraquíes. Entonces no habrá modo de volver atrás.
–¿Qué debe pasar para que no ocurra eso?
–Que la situación de Múqtada al Sádr (clérigo extremista chiíta) se resolviera de forma pacífica y que las zonas sunnitas fueran más estables. Para ello, deberían darse dos condiciones. Primero, que la ONU tenga un papel más determinante y que Francia, Alemania y la OTAN se integren en la situación; segundo, que se cree un nuevo gobierno iraquí, diferente del actual, que no aparezca como un instrumento en manos estadounidenses.
–Suena sencillo, pero no se ve muy claro dónde están los líderes iraquíes capaces de ofrecer opciones distintas de las violentas.
–Lo peor que puede ocurrir es que los individuos y las ideas políticas que ganaran el apoyo de la ciudadanía fueran extremistas y sectarios. Si el extremismo de algunos chiítas o el sectarismo de algunos kurdos gana el apoyo de la gente, entonces la violencia continuará indefinidamente y no habrá manera de reconstruir el país pacíficamente.
–¿Y hay margen para otra posibilidad?
–Lo ideal sería una implicación completa de la ONU y una limitación del papel de EE.UU., que garantice la seguridad. La seguridad es vital para el futuro de Irak. Hoy nadie quiere invertir allí porque es muy inseguro, ni siquiera los iraquíes en el exilio. Personalmente, creo que este escenario es imposible, porque el gobierno de Bush es genéticamente incapaz de ser multilateral. Muchos en este gobierno detestan las organizaciones internacionales existentes.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.