EL MUNDO › LA DISIDENCIA CASTRISTA DE FLORIDA EN LA CAMPAÑA DE BUSH
Ruido electoral de “liberar” a Cuba
El presidente Bush anunció nuevas medidas con la isla, como limitar las remesas a familiares en Cuba. Y apoyó el envío de transporte aéreo militar para asegurarse la transmisión de emisoras.
Por Andrew Gumbel *
Desde Los Angeles
Con un ojo puesto en las elecciones presidenciales de noviembre y otro en el estado clave de Florida, el presidente Bush prometió ayer iniciativas destinadas a endurecerse aún más con Cuba y poner límite a los fondos que son una fuente importante de divisas para la isla, además de poner en marcha la emisión de exitosas transmisiones de radio y televisión patrocinadas por Estados Unidos. Con su característica arrogancia, el presidente denunció la “tiranía” del gobierno de Castro y añadió: “No estamos esperando el día de la libertad cubana, estamos trabajando para el día de la libertad en Cuba”. También apoyó el envío de transporte aéreo militar C-130 a los cielos cerca de Cuba para asegurar las transmisiones de televisión y Radio Martí, ambos canales de propaganda pro Estados Unidos cuyas emisiones han sido permanentemente boicoteadas.
Sin embargo, las nuevas medidas, basadas en las recomendaciones de la Comisión de Asistencia a una Cuba libre, no fue tan lejos como esperaban algunos anticastristas extremos, tanto en Florida como dentro de la administración Bush. Específicamente, el presidente Bush pareció retroceder sobre una propuesta anterior de congelar durante seis meses todos los giros enviados a Cuba por la comunidad exiliada. En cambio, ahora se espera que apoye métodos de mejor control de manera que el límite de 1200 dólares por familia por año sea rigurosamente mantenido. Los partidarios anticastristas de la línea dura sostienen que los giros a menudo caen en manos del gobierno cubano y no en las de las familias a los que van dirigidos. Hace sólo dos semanas, la idea de congelar las remesas flotó en un artículo del South Florida Sun Sentinel. El copresidente de la Comisión Cuba, el republicano por Florida Mel Martinez, le dijo al periódico que la administración estaba pensando en terminar con las remesas “porque no eran útiles”.
Pero esa idea cayó mal en la generación más joven y más moderada de exiliados cubanos que llegaron a Florida después de 1980. Siguen estando muy unidos a sus familias y consideran que esos giros son un salvavidas, no una responsabilidad política. El presidente Bush parece haber prestado atención a una encuesta de opinión publicada en el Sun Sentinel, que mostraba que esta generación más joven, que contabiliza más o menos un tercio del voto cubano en Florida, se opone fuertemente a cualquier política que ponga en peligro cualquier cantidad de dinero enviado o la posibilidad de viajes para los miembros de las familias a y desde Cuba.
La sintonía política es absolutamente crucial para la administración Bush, ya que todo sugiere que la elección presidencial en Florida puede ser tan ajustada como lo fue en 2000. Hace cuatro años, Al Gore ganó solo el 18 por ciento del voto cubano, en gran parte por la negativa pelea por Elian González, el niño de ocho años que fue obligado a dejar a sus parientes en Florida por la administración Clinton y devuelto a su padre en Cuba.
Si John Kerry, el candidato presidencial del Partido Demócrata, puede llegar más cerca a la cuenta de Bill Clinton en 1996, 39 por ciento del voto cubano, puede ser suficiente para ganar el estado. La estrategia del senador Kerry en Florida ha sido cuestionada, porque parece que está detrás del voto de los exiliados de la línea dura, el grupo menos probable que vote a los demócratas, más que a la generación moderada más joven. Se ha visto obligado a bajar el nivel de sus comentarios que hizo antes de postularse como presidente, de que los exiliados cubanos tienen un mayor control político de lo que merecen. Y ha sido criticado por hacer que votaba a favor de las sanciones que reforzaban la ley Helms-Burton de 1986, cuando en realidad votó sólo a favor de una versión del comité y terminó votando en contra.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère