EL MUNDO
El difícil arte de multiplicar a W. para frenar su caída en casi todo
George W. Bush se encuentra en vísperas de una masiva ofensiva de relaciones públicas para detener una fuerte erosión de su popularidad. Salvo el combate contra el terrorismo internacional, Bush es reprobado en todos los frentes. Y la guerra en Irak empieza a perjudicarlo.
George W. está preocupado. Y con razón: ayer, un verdadero diluvio de encuestas mostró que está cayendo en apreciación en casi todos los temas de su gestión, y que la guerra de Irak, contrariamente a lo que pasaba hasta ahora, se está convirtiendo en el verdadero punto débil de su campaña para la reelección en noviembre. Con esta brújula, el presidente de EE.UU. se va a multiplicar en actos patrióticos durante los próximos tres días, en un claro intento de recuperar popularidad y ganar credibilidad para su política en Irak, cada vez más cuestionada.
Las últimas encuestas indican que el virtual candidato demócrata a la Casa Blanca, John Kerry, ganaría a Bush si las elecciones fueran ahora y sacaría incluso una ventaja de más de 10 puntos si el demócrata eligiera como vicepresidente al republicano John McCain. El presidente estadounidense aprovechará hoy el puente del Día de los Caídos en combate para recalcar su firmeza en cuestiones de seguridad nacional y defender su actuación en Irak, en las que basa su campaña para las elecciones del 2 de noviembre. “La Casa Blanca está muy preocupada” por el efecto de Irak en las elecciones de noviembre, señaló Allan Lichtman, profesor de Gobierno de American University e historiador presidencial. “La seguridad nacional ha sido la piedra angular de este gobierno y ahora esa piedra está agrietada por el efecto de la guerra y los escándalos en Irak”, añadió.
Después de que el discurso de Bush del pasado lunes acerca del proceso de transición política en Irak no tuviera una acogida favorable debido a su falta de detalles prácticos, el reto para el presidente es cada vez mayor. Lichtman consideró que Bush “es prisionero de los acontecimientos en Irak”, ya que carece de la retórica del ex presidente Ronald Reagan para tratar de ganarse a los ciudadanos en los momentos difíciles. La última encuesta de Gallup sobre el apoyo a la guerra en Irak señala que un 45 por ciento considera que el conflicto valió la pena, frente a un 52 por ciento que cree lo contrario. Casi dos tercios de los estadounidenses considera que la coalición está atascada en Irak, y cerca del 60 por ciento opina que Bush no tiene un plan para salir de ese punto muerto, según otro sondeo, esta vez del Washington Post. Además, el 67 por ciento de los interrogados manifestó estar preocupado por el curso de la guerra, aunque un 41 por ciento está orgulloso de lo realizado en el campo de batalla. Ese resultado, de todos modos, marca un descenso con relación al 53 por ciento registrado en marzo del 2003, al comienzo de la guerra. En cuanto a su popularidad, Bush pierde en casi todos los frentes. Un 50 por ciento de las personas consultadas no está satisfecho con su desempeño como presidente contra un 48 por ciento que sí lo está. Hace un mes, estos índices eran del 47 y 51 por ciento, respectivamente. En temas específicos, más de la mitad desaprobó su acción: 58 por ciento reprobó su gestión en Irak contra un 40 por ciento que la aprueba; 57 por ciento critica su manejo del escándalo de las torturas en la prisión de Abu Ghraib (36 por ciento dio una opinión a favor) y 45 por ciento censuró su gestión de la economía (contra un 41 por ciento que la aprobó). El único punto en que Bush viene salvándose es en su lucha contra el terrorismo internacional: 58 por ciento contra un 39 por ciento. Por lo demás, los resultados de una encuesta sobre la tortura fueron ambiguos: un 63 por ciento la condenó, aun en el caso de que se pudiera obtener información de un sospechoso que salve vidas, mientras un 33 por ciento la aprobó; sin embargo, sólo un tercio de los encuestados consideró como torturas los hechos de Abu Ghraib, aunque una mayoría condenó igualmente las humillaciones infligidas a los prisioneros.