EL MUNDO
Hagan de cuenta, Estamos Unidos
En vísperas de una crucial gira por Europa en torno a Irak, George W. Bush lanzó una ofensiva para unir a su fraccionado partido.
Por Rupert Cornwell *
Desde Washington
La Casa Blanca está haciendo un gran esfuerzo por restaurar la unidad en las filas republicanas, donde el masivo déficit presupuestario, los temas sociales y las divisiones sobre Irak están socavando las perspectivas para la reelección del presidente George W. Bush este otoño. Con todas las encuestas mostrando la declinación de Bush, los demócratas esperaban que las divisiones los ayudaran a ganar ayer una especial elección legislativa, clave en el estado de Dakota del Sur, normalmente republicano.
Si lo logran, será otra prueba más de cómo se ha revertido la conducta política tradicional. Sólidamente unidos detrás de su candidato, John Kerry, los demócratas, que alguna vez estuvieran fraccionados, se han convertido en un partido unido, mientras que los normalmente disciplinados republicanos se están dividiendo por un montón de temas, sobre todo Irak. Ayer, el presidente mismo participó de la contienda con una repentina conferencia de prensa en la Casa Blanca en la que trató de reafirmar ante los dudosos que él tiene una política para Irak y que está funcionando.
La reciente sarta de retrocesos allí, después del rápido éxito de la invasión en marzo de 2003, abrió una brecha entre los republicanos conservadores tradicionales, cuyas posiciones en todo momento estaban en contra de la intervención militar, y los neoconservadores, que presionaban fuertemente para derrocar a Saddam Hussein. Bush está bajo fuego de ambos lados: los tradicionalistas dicen que él ha metido a Estados Unidos en un conflicto innecesario, pero los neoconservadores sostienen que la campaña militar, lejos de ir demasiado lejos, no fue lo suficientemente lejos.
Otra división surgió en torno de la política fiscal, con los conservadores fiscales quejándose del masivo déficit presupuestario federal, con el record de casi 500.000 millones este año. En el Senado, cuatro senadores republicanos, conducidos por John McCain, de Arizona, están poniendo ahora en una posición molesta a la Casa Blanca al negarse a aprobar el presupuesto 2004/2005 sin un mecanismo para restaurar el equilibrio.
Y otro frente, escondido mientras Bush parecía estar transitando hacia un segundo término en la Casa Blanca, se abrió respecto de las políticas sociales conservadoras del presidente. Apuntadas a fortalecer al electorado de Bush sobre derecho religioso, molestaron al ala liberal del partido, económicamente conservadora pero socialmente liberal. Los votantes en Dakota del Sur están eligiendo un reemplazante para su anterior congresista republicano Bill Janklow, que renunció después de estar en prisión por asesinato en ocasión de un accidente automovilístico.
Ganar daría esperanzas a los demócratas que, a pesar de todas las diferencias, pueden recobrar la Cámara de Representantes en noviembre. Con las encuestas dándoles el mayor liderazgo en años a nivel del Congreso, y con Bush en el peor momento de su presidencia, algunos estrategas demócratas creen que la Cámara está al alcance del partido.
* De The Independent de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.