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Walter Oppenheimer *
Desde Londres

Irán apresó ayer tres patrulleros británicos con ocho soldados a bordo en aguas de Chat el Arab, el brazo de mar que se forma en la desembocadura de los ríos Tigris y Eufrates y que hace de controvertida frontera entre Irak a Irán. La parte iraquí está bajo control del ejército británico desde que EE.UU. y el Reino Unido invadieron Irak. El gobierno británico confirmó ayer que ha perdido contacto con los patrulleros y que está en contacto con Teherán para aclarar la situación. Irán aseguró que los patrulleros se encontraban en aguas iraníes y que por eso fueron interceptadas, a primera hora de la mañana. Las armas y planos que había a bordo han sido confiscados. Los soldados se encuentran detenidos.
Un portavoz del ministerio iraní de Relaciones Exteriores declaró que “las fuerzas navales iraníes han actuado de acuerdo a sus obligaciones legales, confiscando los navíos y arrestando a la tripulación”. Un portavoz militar iraní señaló que los detenidos podrían ser puestos en libertad con prontitud si se confirma que se encontraban en aguas iraníes por error y que no ha habido mala intención. Sin embargo, aunque las relaciones entre Londres y Teherán no están sujetas a las tensiones que enfrentan a Irán y Estados Unidos, en las últimas semanas ha habido varios incidentes diplomáticos que obligan a la prudencia. Los ministros de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Francia y Alemania protagonizaron hace dos años una significativa visita conjunta a Teherán que ayudó a romper el hielo entre Irán y la Unión Europea. Los tres países criticaron hace unos días a Irán en el marco de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, condenando sus tácticas dilatorias en materia de desarme y derechos humanos. El incidente de los patrulleros podría ser una mera anécdota o el principio quizás de una crisis diplomática.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.