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Por Rodrigo Fernández*
Desde Moscú

Ingushetia comenzó ayer un duelo nacional de tres días por las víctimas que dejó la incursión de la guerrilla separatista, que atacó simultáneamente tres localidades de esa república vecina a Chechenia. El balance de muertos, que todavía no es definitivo, asciende a 92 personas –67 miembros de las fuerzas del orden y seguridad y 25 civiles– y el de heridos, a 125. La guerrilla, mientras tanto, afirma en su página de Internet que las bajas de los rusos “colaboracionistas” son mucho mayores: 150-200 muertos y 300 heridos.
Aunque los rusos habían informado de sólo dos guerrilleros muertos, los rebeldes dicen haber perdido seis hombres y tener 14 heridos. Estas bajas ocurrieron “en los combates callejeros, asaltos de las bases militares y policiales, y durante la retirada”, se dice en una nota del “emir Assadul” divulgada por Kavkazcenter. Según la guerrilla, también destruyeron 23 vehículos militares y se hicieron con dos camiones llenos de municiones y armas. Por último, quemaron o destruyeron parcialmente “siete bases militares y policiales”. La más importante de ellas es la sede del Ministerio del Interior, en Nazrán, la principal ciudad ingush.
Los rusos están consternados por el ataque de los separatistas, que tomó por sorpresa a militares y policías. “Lo ocurrido es otro acontecimiento que muestra el abismo que existe entre los dichos y los hechos de las actuales autoridades”, comentó Iván Melikov, vicepresidente del Partido Comunista. El presidente Vladimir Putin está siempre hablando “venga o no a colación, de la amenaza terrorista, pero cada vez que los terroristas lanzan una incursión resulta una gran sorpresa para los servicios de seguridad y las autoridades”, agregó. La prensa, por su parte, optó por un tono más irónico: el prestigioso diario Kommersant comentaba ayer, en un artículo titulado “Serguei Ivanov esperaba a los guerrilleros en Primorie”, que mientras en Ingushetia repelían “a duras penas” los ataques de “terroristas de carne y hueso, los militares combatían con éxito a terroristas imaginarios” a orillas del Pacífico. Las maniobras las dirigía el ministro de Defensa Ivanov, a quien se le unió ayer el presidente Putin.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.