EL MUNDO › ALZA DEL PRECIO DEL CRUDO POR LA CONTINGENCIA IRAQUI
Irak está al filo de la navaja
El líder chiíta radical Muqtada Sadr dijo que luchará hasta su muerte. Los combates de sus milicianos con los norteamericanos continuaban en Bagdad y en el sur, donde se detuvo el bombeo de petróleo.
Por Donald Mactintyre *
Desde Bagdad
El nuevo Irak estaba al filo de la navaja anoche cuando la violencia y la inestabilidad política confrontaron al régimen de Iyad Allawi, el primer ministro interino. En Basora, un soldado británico fue muerto ayer y varios otros, heridos. Se incendiaron Land Rovers en choques con la milicia del clérigo chiíta Muqtada al Sadr, que ahora controla las mayores intersecciones de la ciudad. El precio del petróleo subió nuevamente a 44,97 dólares el barril mientras las refinerías eran atacadas por la misma milicia e Irak dejó de bombear petróleo en sus campos petroleros estratégicos en el sur.
En la ciudad santa chiíta de Najaf hubo fuertes choques por quinto día consecutivo entre soldados de Estados Unidos e insurgentes de Sadr que ha prometido luchar hasta la muerte. La lucha ya se cobró 360 vidas desde el jueves, según el ejército estadounidense. En Bagdad se impuso el toque de queda en Sadr City por la intensa lucha entre la milicia de Sadr y las fuerzas estadounidenses, y en Baba siete personas murieron y 17 resultaron heridas, incluyendo el gobernador asistente de la provincia de Diyala, en un ataque suicida con un coche bomba cuando dejaba su hogar en el pueblo de Balad Ruz.
Mientras tanto, se denunciaron movimientos políticamente motivados contra Ahmed Chalabi, el hombre que una vez se consideró como el más probable premier de Irak post Saddam. Chalabi ha sido acusado de falsificación, mientras que su sobrino, Salem Chalabi, jefe del tribunal que juzga a Saddam, es buscado por asesinato (ver nota aparte).
La crisis en todo el país era afrontada por Allawi con una nueva posición. Su administración aprobó, en principio, los ataques en el complejo que contiene el santuario sagrado del Iman Ali de Najaf, que el ejército de Estados Unidos dijo ayer que estaba siendo usado como base para los ataques por los insurgentes leales a Sadr. Casi 4000 fuerzas estadounidenses e iraquíes confrontaron a unos 2000 milicianos que estaban apostados alrededor y en los sitios sagrados en el centro de Najaf, que desde el jueves se convirtió en el punto central de los esfuerzos del nuevo estado de Irak para derrotar a la insurgencia que ya lleva 15 meses. El día después que Allawi advirtiera en una visita a la ciudad que no habría “ninguna negociación ni tregua” con los líderes de la rebelión armada, un Sadr igualmente intransigente declaró: “Seguiré luchando. Permaneceré en Najaf hasta que se derrame mi última gota de sangre”. El gobierno de Allawi ordenó un estado de sitio nocturno de 14 horas en el suburbio básicamente chiíta de Bagdad de Sadr City, escena de repetidos choques entre fuerzas de Estados Unidos y hombres armados leales al clérigo desde que comenzó la lucha en Najaf la semana pasada.
Mientras las fuerzas estadounidenses e iraquíes peleaban para despejar sectores del antiguo cementerio de Najaf de hombres armados y armas, siete policías iraquíes murieron cuando una bomba explotó a la mañana temprano al lado del camino cerca del hogar del gobernador asistente de Diyala en un ataque por separado en el pueblo de Balad Ruz, justo al este de Bagdad. Hakil Hamid Barias fue herido y evacuado. Un alto oficial militar confirmó la hasta ahora no corroborada lista de muertos en la lucha en Najaf emitida por los marines de Estados Unidos y dijo que 368 insurgentes habían muerto desde que comenzó la lucha. El oficial dijo que cinco tropas estadounidenses y por lo menos cuatro guardias nacionales iraquíes también habían muerto, pero no dio un estimado de las posibles muertes civiles.
El oficial añadió que el gobernador de Najaf, Adnan al-Zurufi, que se reunió con Allawi el domingo, “nos dio su aprobación para llevar a cabo operaciones en y alrededor del santuario del Iman Ali. Hemos decidido no llevar a cabo operaciones ahí, aunque estamos preparados para hacerlo cuando sea necesario”. Dijo que alrededor de 2000 marines estadounidenses, apoyados por las unidades de caballería de Estados Unidos y 1000 iraquíes de la guardia nacional y la policía estaban ahora en la ciudad. El oficial dijo que las fuerzas de Estados Unidos e Irak se estaban moviendo hacia el cementerio para aclarar el área, pero “en cuanto retroceden la milicia Mehdi vuelve al cementerio y sigue lanzando ataques. El principal objetivo ahora es tomar más terreno de los insurgentes”. El oficial insistió con que usando los lugares sagrados, incluyendo la mezquita en el centro como base, los insurgentes habían falsificado la protección de los sitios bajo ley internacional.
Sin embargo, según algunas fuentes militares aquí, los altos oficiales de Estados Unidos son altamente conscientes de los incalculables sentimientos que provocaría un total ataque a los sitios sagrados, planteando el agudo dilema de cómo derrotar a los insurgentes sin provocar una tormenta internacional de protesta en el mundo musulmano. Por otra parte, un grupo de hombres armados leales al clérigo chiíta Muqtada al Sadr anunciaron ayer el secuestro en Bagdad de un oficial de la Policía iraquí en un video remitido a la cadena de televisión qatarí Al-Jazeera. La grabación mostró a un hombre uniformado e identificado como “general Raad Mohamed Jidr”, ex director del departamento de policía bagdadí de Al Rusafa, arrodillado frente a cuatro milicianos armados con la cara cubierta con un pasamontañas.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.