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Accidente mortal en una planta nuclear japonesa

Una fuga de vapor en la sala de turbinas de la central nuclear de Mihama, en Japón, causó ayer la muerte de cuatro trabajadores, aunque en el incidente no se produjo contaminación radiactiva. El accidente, el más grave por el número de víctimas en una instalación nuclear japonesa, tuvo lugar en el aniversario del lanzamiento de la bomba atómica sobre Nagasaki en 1945. La industria nuclear japonesa, que proporciona un tercio de la electricidad, tiene una mala reputación de seguridad.
“El vapor que se escapó no contenía materiales radiactivos”, explicó un portavoz del organismo oficial para la seguridad nuclear e industrial. “El informe recibido indica que no existe impacto radiactivo en el medio ambiente.” En estas circunstancias no se produjo la evacuación de la cercana población de Mihama, de 11.000 habitantes, situada 320 kilómetros al oeste de Tokio. La gerencia de la planta intentó restarle importancia al accidente, diciendo que las fugas de vapor “no ocurren únicamente en plantas nucleares”. Fuji Yosaku, presidente de la empresa de energía eléctrica Kansai, que construyó la planta, anoche pidió disculpas por el accidente y ofreció sus condolencias a los familiares de los muertos. Dijo que “trabajaría duramente” para encontrar las causas del accidente para así evitar problemas futuros.
La televisión japonesa transmitió imágenes del accidente y entrevistó a una persona que trabajaba en el comedor de la central. “Entraron algunos trabajadores al comedor a los gritos. Les di todo el hielo que encontré. No sé exactamente que pasó. Es la primera vez que pasa algo así en los 14 años que estoy acá.” La fuga de vapor se produjo, al parecer, en una tubería de 50 centímetros de diámetro en la sala de turbinas del reactor número 3 de la central nuclear, una zona por donde circula agua no radiactiva (circuito secundario de la central). La elevada temperatura del vapor (unos 140 grados) causó quemaduras y problemas pulmonares a varios operarios de una empresa subcontratista que se encontraban en la sala preparando la instalación para un cierre programado de mantenimiento. Cuatro murieron y otros siete se encuentran heridos. El reactor entró en parada automática al detectar los sensores la fuga y no se produjo ninguna consecuencia radiactiva, según el Ministerio de Comercio. “El incidente no tendrá ningún efecto radiactivo en el medio ambiente”, afirmó en un comunicado la empresa propietaria, Kansai. La central de Mihama está formada por cuatro reactores de agua a presión con capacidad de producir 826 megavatios cada uno.
Por su parte, el primer ministro, Junichiro Koizumi, comentó que no conocía los detalles del accidente y añadió: “Pero creo que debemos hacer todo lo que podamos para investigar la causa, prevenir su repetición y poner en práctica medidas de seguridad”.
La industria nuclear japonesa, que opera 52 centrales, tiene un historial pobre en materia de seguridad. El año pasado, la empresa más importante, la Tokio Electric Power Company (Tepco) tuvo que cerrar temporalmente sus 17 centrales tras admitir que había falsificado los informes de seguridad durante más de un decenio. Ayer esta empresa comunicó también el cierre de una planta por motivos de seguridad, debido a una fuga de agua. Ayer también se produjo un incendio en la zona de almacenamiento de residuos de otra central, que se resolvió sin consecuencias radiactivas.
De los accidentes recientes, el más grave en el aspecto radiactivo fue el que se produjo en 1999 en la planta de procesamiento de uranio de Tokaimura. Tres trabajadores mezclaron sin cuidado algunos materiales radiactivos y se inició una reacción en cadena. Dos de ellos murieron posteriormente a causa de la radiación recibida.

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El vapor sale de la planta nuclear de Mihama en Tokio.
 
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