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Era un respuesta esperada. Las FARC rechazaron la propuesta del gobierno para canjear a 59 secuestrados en poder de ese grupo por 50 guerrilleros presos. Los rebeldes aseguraron en un comunicado que la oferta del presidente Alvaro Uribe “carece de realismo y seriedad” por las condiciones que impone y obedece al afán del mandatario de buscar su reelección. Sin embargo, para el gobierno las FARC han rechazado la propuesta, pero no la negociación.
El vicepresidente colombiano, Francisco Santos, lamentó este rechazo. “Era muy fácil responder sí”, señaló tras recordar que la propuesta fue planteada públicamente el pasado miércoles por el alto comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo. También anunció que Restrepo, responsable del tema del intercambio humanitario, hará un pronunciamiento oficial sobre la determinación de las FARC. “El alto comisionado es el que debe responder y el que va a responder a esta decisión de las FARC”, precisó el vicepresidente. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) señalaron que “un acuerdo se hace conversando cara a cara” y manifestaron que sus negociadores “están listos”, por lo que el ministro de Interior y Justicia, Sabas Pretelt, y las familias de los rehenes –22 políticos, 34 militares y policías y tres estadounidenses– consideraron que la respuesta de la guerrilla no cierra la posibilidad al canje y exigieron al gobierno colombiano que nombre de inmediato a sus negociadores.
Pretelt aseguró ayer que el gobierno sigue en su interés inmodificable de querer que los secuestrados regresen al seno de sus hogares. “Es una respuesta en la que dicen que no, pero sí; preguntan dónde están los negociadores del gobierno”, agregó. Yolanda Pulecio, madre de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, en cautiverio desde hace dos años y medio, señaló que la respuesta de las FARC a la iniciativa de Uribe era previsible y constituye “la base para una negociación directa y confidencial”. Por tal razón, indicó, “el gobierno debe concretar ahora su voluntad política nombrando la comisión de negociadores, y permitir” que éstos se reúnan con los delegados de la guerrilla. Juan Carlos Lecompte, esposo de Betancourt, agregó que “mientras el gobierno no haga una propuesta más amplia va a ser muy difícil que las FARC acepten”. Lecompte recordó que el gobierno ha manifestado que su negociador para el canje es Restrepo, pero dijo que éste se encuentra “muy ocupado” en el diálogo con los paramilitares, por lo que se requiere “una comisión que se dedique exclusivamente al tema del intercambio”.
El grupo armado rechazó puntualmente que el gobierno haya impuesto como condiciones para el canje que los insurgentes que sean excarcelados se desmovilicen, en el país o el exterior, y estén procesados o condenados únicamente por rebelión, no por crímenes de lesa humanidad. El secretariado –mando central– de las FARC aseguró que la oferta del gobierno “carece de realismo y seriedad”. También se criticó la unilateralidad de la propuesta oficial, calificándola de “absurda” y ligada a la “demagogia que caracteriza la puja por la reelección”. El grupo rebelde consideró que se debe discutir en la negociación “cuáles y cuántos” serían los guerrilleros a excarcelar, las condiciones de la liberación y los delitos que estarían vinculados con el de rebelión. Además recordaron que en febrero pasado designaron a sus negociadores, y reclamaron al gobierno hacer lo propio.
Varios analistas coincidieron en que el gobierno lanzó su oferta a sabiendas de la respuesta de las FARC, animado por el apoyo de un 63 por ciento de los colombianos al pacto humanitario. Algunos analistas políticos señalaron que la propuesta del gobierno estaba diseñada para que las FARC respondieran negativamente, y Uribe pudiera decir: “Lo intentamos, pero la guerrilla no tuvo la voluntad”. El proyecto de reelección fue aprobado la semana pasada en el quinto de ocho debates necesarios para ser ley.