EL MUNDO
Bien asesorado, Kerry reacciona y condimenta su equipo de campaña
Con los sondeos actualmente en favor de George Bush tras la convención republicana de la semana pasada, el candidato demócrata ha recibido el apoyo verbal de Bill Clinton. Kerry incluye a antiguos asesores del ex mandatario.
José Manuel Calvo*
Desde Washington
Los candidatos a la presidencia de Estados Unidos y sus equipos aprietan el acelerador para mantener el ritmo ya sin descanso hasta el 2 de noviembre. El presidente Bush salió fortalecido de la convención de Nueva York y John Kerry deberá reaccionar. Como primera medida, el demócrata reforzó su equipo tras hablar con el ex presidente Clinton.
Dos sondeos distintos, de las revistas Time y Newsweek, le dan a Bush una ventaja de 11 puntos. Estas encuestas sugieren que Bush ha logrado recuperarse y tomar ventaja tras la convención. De esta manera, los dos contendientes se lanzan a la batalla en una situación muy diferente a la que había hace tres semanas, cuando Kerry tenía tres o cuatro puntos de ventaja. El mensaje de Bush es simple: seguridad nacional y recuperación económica; el de Kerry se ha diversificado tanto –Irak, seguridad nacional, empleo, seguro médico– que se ha desdibujado: cuando hay muchos mensajes, no hay mensaje. Con las alarmas desatadas, el hombre que sigue siendo la referencia más popular del Partido Demócrata, el ex presidente Bill Clinton –que se recupera satisfactoriamente de su operación al corazón de ayer (ver nota aparte)– mantuvo el viernes y el sábado por la noche dos largas conversaciones telefónicas con Kerry para darle consejos para resucitar la campaña y fortalecer su equipo.
La primera de las recomendaciones la está recibiendo desde hace 15 días, procedente de todos los expertos: hay que cortar con la polémica de Vietnam. En retrospectiva, ha quedado claro que la prioridad de la convención de Boston –definir el carácter del demócrata y tratar de construir un perfil capaz de competir con Bush en el reto de la seguridad nacional a partir de su experiencia en la guerra– fue un error. Los ataques que llevaron a cabo en agosto los Veteranos por la Verdad cuestionando los méritos de Kerry y recordando sus declaraciones de hace 32 años sobre las barbaridades en Vietnam no lo han ayudado en lo más mínimo. Y, como señala el analista Charles Cook, “aunque muchas de las acusaciones fueron refutadas y neutralizadas en parte, consiguieron quebrar la fuerza con la que Kerry salió de Boston”.
La campaña demócrata tampoco puede centrarse en Irak, porque el senador apoyó la guerra hace dos años. Clinton le dijo a Kerry que focalizara en la economía y en la salud, puntos flojos de Bush, y que resaltara que lo que se gastó en Irak podría haberse gastado en casa. Además, le recomendó que incorporara a su equipo a pesos pesado, como Paul Begala, James Carville y Stan Greenberg, según fuentes citadas por The New York Times, que dio los detalles de la conversación. The Washington Post añade que otros veteranos demócratas como John Sasso, Joe Lochkart, Joel Johnson y Doug Sosnik se han integrado en el equipo de Kerry.
¿Demasiado tarde? No, porque dos meses es mucho tiempo en una campaña que sigue muy apretada; hay que ver si se afianza o se disipa el efecto convención de Bush, y faltan los debates entre ambos, que serán apasionantes. En la ruta de campaña, Kerry visitó los estados de Ohio, Virginia Occidental y Pensilvania y ha tomado buena nota de los consejos: “El que quiera cuatro años más de pérdidas salariales y de destrucción de empleo, que vote por Bush”, dijo ayer en Pensilvania, un estado fundamental para ambos. Pero las preguntas sobre temas de seguridad nacional siguen surgiendo. Al ser interrogado por la audiencia, Kerry dijo que Irak ha sido “la guerra equivocada, en el peor lugar y en el peor momento”, y que su objetivo es retirar las tropas durante su hipotético primer mandato en la Casa Blanca.
* De El País de España especial para Página/12.