EL MUNDO › SE ALARGA LA OFENSIVA NORTEAMERICANA AL ENCLAVE REBELDE IRAQUI
Victoria postergada en el estado Nº 51
Por Kim Sengupta y Charles Glass *
Desde Camp Dogwood y Suleimania, Irak
Oleadas de violencia devastadora ayer barrieron Irak mientras fuerzas norteamericanas combatían en las calles intentando capturar Faluja, la trinchera rebelde. Un atentado suicida mató al menos a 19 personas e hirió a otras 15 en Bagdad. La fuerza de la explosión destruyó 20 edificios y 25 autos. Se informó que la ciudad norteña de Mosul estaba “fuera de control”. En Ramadi continúan los combates y gran parte de la ciudad está en manos de los rebeldes. En Faluja, el ejército norteamericano dijo haber matado a más de 600 combatientes rebeldes y que cientos estaban arrinconados para un asalto final que tendría lugar mañana. Al menos 18 tropas norteamericanas y cinco soldados del gobierno iraquí murieron desde que la operación Faluja empezó el lunes.
La administración estadounidense y el gobierno iraquí insistieron en que el asalto sobre Faluja está justificado, porque se ha convertido en el epicentro de la insurgencia en Irak. Richard Myers, jefe del Estado Mayor Conjunto, declaró que la ofensiva fue “muy, muy exitosa”, aunque también admitió que, “si alguien piensa que Faluja va a ser el fin de la insurgencia en Irak, ése nunca fue el objetivo, nunca fue nuestra intención y nunca ni siquiera fue nuestra esperanza”. El coche bomba en Bagdad no dio en su blanco por poco: un patrullaje norteamericano en el centro de la ciudad, cerca de los hoteles que hospedan a los pocos extranjeros que quedan. Los transeúntes ayudaron a la policía a sacar a las víctimas de los escombros de los edificios y de los autos. Un alto oficial de la policía dijo que la explosión, que dejó un cráter de casi cuatro metros de profundidad, fue uno de los peores que ha visto. Ahmed Rahim Abbas, que ayudó llevar a los heridos al hospital, dijo: “Sentíamos que la tierra temblaba. Había gente herida, ancianos, mujeres, muy malheridos. No creo que muchos logren sobrevivir”.
En Mosul, los rebeldes atacaron a tropas norteamericanas que vigilaban los puentes que cruzan al lado kurdo el miércoles por la noche. Los rebeldes tomaron una comisaría, saquearon los depósitos de armas y mantuvieron a la policía cautiva por un corto tiempo. Otras comisarías fueron incendiadas. Las autoridades de la ciudad ordenaron un toque de queda. Para proteger a los aproximadamente 400.000 kurdos que viven en Mosul, el Partido Democrático Kurdistán envió unidades de sus combatientes Peshmerga a la ciudad. Nominalmente bajo comando norteamericano dentro de la Guardia Nacional Iraquí, los Peshmergas trabajan bajo sus propios oficiales. Su arribo a Mosul tiene el riesgo de sumir a los kurdos en un conflicto directo con los árabes iraquíes y ensanchar la guerra.
En Faluja, las tropas norteamericanas dijeron que estaban avanzando por la ciudad desde el norte, empujando lentamente a los rebeldes hacia el sur. Las unidades norteamericanas están posicionadas en el sur y el este, y con el río Eufrates en el oeste, los rebeldes están arrinconados, dijo el ejército. Las fuerzas norteamericanas descubrieron a un hombre iraquí encadenado a una pared en un edificio. El hombre, que estaba estaqueado, amoratado y en estado de inanición, dijo que era taxista y que lo habían secuestrado hace 10 días.
“Siempre hay bolsones de resistencia en este tipo de combates, como había en la Segunda Guerra Mundial, podríamos decir que un lugar está asegurado y luego combatirlos por meses”, dijo el capitán de Marines John Griffin. “Decir que la ciudad está asegurada no significa realmente que toda la resistencia ha sido vencida, sólo significa que aseguramos el área y que estamos en control.”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.