EL MUNDO › HAY VERSIONES SOBRE LA CAPTURA DEL EX LIDER TALIBAN

Ultimos días de la víctima

[Tropas del gobierno afgano y fuerzas especiales de Estados Unidos tienen rodeado al molá Mohammad Omar en el sur del país. Un ministro afgano dijo que escuchó que ya lo habían capturado.

“He oído que el molá Mohammad Omar ha sido arrestado. Pero no tengo más precisiones.” La noticia es importante y las precisiones se hacen desear. Las palabras pertenecen al ministro de la Reconstrucción afgano, Mohamed Amin Farhang, y parece darle crédito a lo que algunos jefes del sur del país, junto a tropas especiales norteamericanas, decían hasta ayer: que el cerco sobre Omar ya se había cerrado y que se estaba negociando su rendición en la provincia de Helmand, en el sur del país, donde alguna vez fueron fuertes los talibanes. Las versiones eran tan fuertes que el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, creyó necesario salir al cruce: “No apoyamos las negociaciones porque lo único que aceptamos es la rendición”. Parece que la rendición habría llegado, pero falta alguna confirmación oficial, del gobierno afgano o del norteamericano.
Esta semana el foco se concentró en la ciudad de Baghran, a 160 kilómetros al noroeste de Kandahar (el último bastión talibán en caer), donde Omar estaría atrincherado con unos 1500 talibanes. Se desplegó una unidad especial de marines norteamericanos para ayudar al asedio, pero la misión relámpago falló. De todos modos, el asedio continuó y Haji Pir Mohammad, asistente militar del gobernador de la provincia de Helmand, declaró que se estaba negociando la rendición con el propio Omar a cambio del cese de los bombardeos norteamericanos en la zona. Según Nasratulá Nasrat, un responsable de los servicios de información afganos, el comandante del grupo que acompaña a Omar, conocido como “Rayes Baghran”, prometió en la “shura” (consejo islámico local) de la provincia de Helmand que entregaría a Omar y depondría armas a condición que cesaran los bombardeos.
El dolor de cabeza para Estados Unidos, más allá de la captura o no del molá Omar, sigue siendo el escurridizo Osama bin Laden. Por eso, en lo que fue el primer bombardeo que anunció Washington desde el 28 de diciembre, bombarderos B-1, aviones de guerra F-18 y AC-130 formaron parte de una ofensiva a un presumiblemente extenso campamento de líderes de Al Qaida y también campo de entrenamiento, en la región de Khost, sur de Tora Bora, según dijo el jefe del Estado Mayor Conjunto norteamericano, el general Richard Myers. El área blanco de ataque norteamericano de ayer “es un lugar donde Al Qaida había intentado reorganizar sus fuerzas”, señaló Myers, y sostuvo que se reconocieron actividades en ese objetivo, que había sido atacado ya en 1998.
En Kabul, soldados británicos preparaban ayer las bases para la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), a propósito de la llegada de los 4.500 miembros de la fuerza internacional de paz aprobada por la ONU, operación que debe finalizar antes de febrero y que ya había comenzado de facto con el mismo contingente de Gran Bretaña. Los ingenieros británicos limpiaron las bases para dejarlas libres de minas y otros explosivos. Más de 20 oficiales de 12 de los 17 países que contribuirán a la ISAF llegaron ayer a Kabul y están inspeccionando el terreno para instalar a sus tropas. Por otra parte, el nuevo presidente del gobierno interino afgano, Hamid Karzai, recibió la invitación a reunirse en la Casa Blanca con el presidente norteamericano George Bush el mes que viene.
En un gesto de autoconfianza, el gobierno de Karzai liberó ayer a 269 combatientes talibanes, algunos de los cuales llevaban hasta cinco años como prisioneros de guerra de la Alianza del Norte, la principal formación de la coalición gobernante. “Creo en Alá, pero ya no en la ideología de los talibanes”, dijo uno de los prisioneros liberados. Pero las bucólicas noticias que de pronto se escuchan en Afganistán fueron tapadas parcialmente por algo que esta vez no tiene que ver con el hombre. Se produjo un severo terremoto, con epicentro en una zona no determinada al norte de Kabul, cuyas sacudidas laterales se hicieron sentir hasta en la India. En 1998, cuando los talibanes controlaban la mayor parte de Afganistán, un terremoto mató a 8000 personas.

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La imagen difusa del jefe de los talibanes, el molá Mohammad Omar, pocas veces visto.
Habría sido capturado en la provincia de Helmand, en el sur del país, pero no hay confirmación oficial.
 
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