EL MUNDO
ETA no pudo golear al fútbol español
Todos pensaban que iba a tratarse de un día festivo. Con actos por el Día del Trabajador por la mañana y un importante partido de fútbol por la tarde, Madrid iba a ser el escenario de la movilización de miles de españoles. Sin embargo, la sombra siempre acechante de ETA volvió a aparecer con la explosión de dos coches bomba en el centro de la capital española que dejaron 17 heridos leves y la certeza de que no va a ser el último ataque. Tras los atentados, las cosas continuaron como estaban planeadas: 75 mil personas participaron del evento deportivo.
Cuatro horas antes de la semifinal de la Liga Europea entre el Real Madrid y el Barcelona explotó el primer coche bomba a sólo cincuenta metros del estadio Santiago Bernabeu. La detonación de los 20 kilogramos de explosivos que se hallaban en su interior causó 17 heridos leves, entre ellos dos policías. Cientos de hinchas de fútbol que se habían congregado cerca del estadio huyeron mientras las ambulancias y la policía llegaban al lugar. El estallido hizo temblar los cimientos del estadio, haciendo que colapsara parte del techo de la sala de trofeos y rompiendo las ventanas de edificios adyacentes. Una reunión entre la organización europea de fútbol UEFA, representantes de los clubes y la policía concluyó con la decisión de realizar el partido.
Además hubo importantes daños materiales en Torre Europa, uno de los edificios más altos de la ciudad que alberga, en sus treinta plantas, las sedes de 22 empresas. El vehículo, que había sido robado ayer en un barrio del centro de Madrid, estalló después de que la carga fuera activada por los terroristas con un temporizador. De acuerdo con los testigos, las consecuencias podrían haber sido trágicas en la Torre, ya que allí se encuentra una reserva de 40.000 litros de combustible. Además se incendiaron decenas de vehículos estacionados en el Paseo de la Castellana, unas de las principales arterias de Madrid. Una llamada al diario vasco Gara advirtió sobre la posibilidad de un estallido poco antes de la colocación del coche bomba. “Acordonamos la zona y evitamos que ocurriera algo peor. Nosotros estábamos ahí cuando el auto explotó”, aseguró un vocero de la policía.
El vocero del Real Madrid Joaquín Maroto, que estaba cerca de la Torre Europa cuando la bomba detonó, dijo: “Yo estaba pasando frente a la torre cuando sentí una onda expansiva en mi auto. Miré por los espejos retrovisores y vi una columna de humo. Si hubiera pasado 50 metros más cerca podría haber sido una masacre”.
La explosión provocó una reacción furiosa por parte de algunos hinchas del Real Madrid que atacaron a la policía, con pedazos de vidrio y botellas. Al menos un fotógrafo de prensa y un policía resultaron heridos. Media hora más tarde, la escena del estadio había vuelto a la normalidad.
Un segundo coche bomba explotó 25 minutos más tarde, en la zona sur de Madrid, en las cercanías de la estación de trenes Atocha, una de las zonas más pobladas de la ciudad. Esta explosión no causó víctimas. Un portavoz policial aseguró que se iba a investigar si el vehículo fue utilizado por los terroristas tras colocar el primer artefacto para “borrar las huellas” de sus ejecutores. Además, aseguró que el vehículo contenía un kilo de dinamita.
Las explosiones se produjeron dos días después de una importante operación policial en el País Vasco ordenada por el juez Baltasar Garzón contra el entramado financiero de ETA, durante la cual fueron detenidos 11 miembros de Batasuna, el “brazo político” de la organización separatista vasca armada. Según el Ministerio del Interior, Batasuna está implicada en los manejos de fondos de ETA y los detenidos deberán responder ante el juez de la Audiencia Nacional –máxima instancia penal española– en un interrogatorio previsto para hoy.
La ETA atacó hace 10 días con un coche bomba en Madrid, también en el Paseo de la Castellana, pero junto a la sede de la empresa de hidrocarburos hispano-argentina Repsol. Con los de ayer son doce los coches bomba detonados en Madrid por ETA desde que esa organización, queexige la independencia de la región del País Vasco, puso fin en diciembre de 1999 al cese de atentados que mantuvo durante trece meses.