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Por David McKittrick *

Gerry Adams, del Sinn Fein, sintió los aires de desaprobación internacional en Washington cuando las ilegalidades del IRA echaron una sombra transatlántica sobre su visita del día de San Patricio. Esta semana, las hermanas McCartney, de Belfast, que están haciendo campaña en pedido de justicia por el asesinato de su hermano Robert, tendrán un lugar de honor en la ciudad que durante años honró al líder de Sinn Fein. Las puertas de Washington se abrieron de par en par para las cinco hermanas, junto con la pareja de Robert, Bridgeen, cuya campaña atrapó la imaginación internacional.
Se encontrarán con el presidente Bush y otras importantes figuras con el mensaje de que su hermano fue muerto por republicanos, quienes, a pesar de las protestas de Sinn Fein, no están cooperando para atrapar a los asesinos. Después de las recientes revelaciones de que dos mujeres candidatas para las elecciones de Sinn Fein estaban en el bar la noche que Robert murió, Paula McCartney dijo ayer que Sinn Fein “huele a encubrimiento”. El acceso de las hermanas a la Casa Blanca les da un itinerario mucho más impactante que el de Adams, que no se reunirá con el presidente por primera vez en años. Tampoco se reunirá con el senador Edward Ke- nnedy, una de las figuras irlandesas más importantes de Estados Unidos, porque éste se retiró de la reunión con Adams por la “continua actividad criminal y el desprecio por el cumplimiento de la ley” de IRA. Sin embargo, el senador se reunirá con las McCartney.
Adams no recaudará fondos en este viaje como lo hace usualmente. Aunque muchos de sus compromisos fueron planeados originalmente para recaudar fondos, a Sinn Fein le preocupó que esto se convirtiera en un tema contencioso para la administración de Estados Unidos y abandonó la idea. Ningún político de Irlanda del Norte ha sido invitado a la Casa Blanca, donde tres de las hermanas McCartney serán presentadas a George Bush antes de que tenga lugar la principal recepción el día de San Patricio, el jueves. Washington, al igual que Londres y Dublín, es muy crítica de Sinn Fein y está impaciente con la persistente existencia del brazo político del IRA.
Esto fue rigurosamente enfatizado ayer por Richard Haas, un ex enviado especial de Estados Unidos a Irlanda del Norte, que dijo: “Todavía nadie descarta tratar con Sinn Fein, pero con el paso de los meses o hasta años, eso podría pasar. Gerry Adams no quiere parecerse a Ya- sser Arafat. No quiere ser alguien que no quiere elegir, como en el caso de Arafat, entre la rama de olivo y el fusil. Adams, y más ampliamente el movimiento republicano, tiene que hacer una elección, ciento por ciento, para actuar de acuerdo con las reglas democráticas y sólo un juego político. El reloj está en marcha, no sólo para él sino para el movimiento republicano”. Pero Sinn Fein tiene profundas raíces en Estados Unidos, y no hay todavía señales de que las raíces irlandeses estadounidenses se estén apartando del republicanismo irlandés. Tampoco el Congreso se declaró firmemente en contra de Sinn Fein.
El congresista Peter King, un fuerte partidario de Sinn Fein, dijo ayer: “Creo firmemente que Sinn Fein tiene que permanecer como un socio muy activo en el proceso de paz. Por otro lado, creo que IRA tendrá que disolverse. Gerry construyó la credibilidad con mucha gente del Congreso, que confía en él, pero cuando se reúna con ellos algunos le dirán que el tiempo se acabó para el IRA”. El principal negociador de Sinn Fein, Martin McGuinness, dijo que él apoyaba a la familia McCartney pero que “debían ser muy cuidadosos y no cruzar la línea política del partido y permitir ser manipulados o usados” por otros opositores al Sinn Fein.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère