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Saludo sí, misa no
El papa Juan Pablo II saludó ayer desde una ventana a la multitud de fieles reunidos en la plaza San Pedro para celebrar el Domingo de Ramos, pero por primera vez en sus 26 años de pontificado, no presidió la misa por su débil estado de salud. El Pontífice, de 84 años, que todavía se recupera de una afección en las vías respiratorias por la que fue sometido a una traqueotomía, se veía débil y bendijo durante unos pocos segundos a los creyentes con una rama de olivo en la mano.