EL MUNDO
¿Gana Blair? ¡Viva Gordon Brown!, dicen en la cocina del New Labour
Por Berna G. Harbour *
Desde Londres
Tony Blair se convirtió anoche en el hombre que catapultó a la izquierda británica hacia los libros de historia. Pero su victoria, anunciada por todos los sondeos previos al día electoral, puede coincidir también, paradójicamente, con el principio de su fin. El primer ministro británico comenzará su tercer mandato consecutivo y, simultáneamente, una larga despedida que lo llevará a ir cediendo el poder a Gordon Brown, su ministro de Finanzas, aliado y rival, el hombre al que debe en gran parte su tercer triunfo electoral consecutivo de la historia laborista. Y es que el primer ministro británico, que hoy cumple 52 años, sabe que deberá compartir, si lo logra, el éxito con su ministro de 54 años. Pero la pregunta clave es cuándo. “Hoy, tras conocer el resultado definitivo, decidirá cuándo se va”, decía ayer una fuente laborista, antes de divulgarse el resultado electoral.
Gordon Brown es el ministro de Finanzas que ha sabido administrar el caudal de bienestar en el Reino Unido en los últimos ocho años. Con la vista puesta siempre en los ingresos, pero también en el gasto social, Brown ha llevado la batuta económica más bien como si fuera una varita mágica. Lo ha hecho con discreción, con dosis de ortodoxia y sin grandes protagonismos, pero con una brillantez que Francia y Alemania han mirado siempre con envidia desde el otro lado del Canal de la Mancha. El desempleo no llega al 5 por ciento en el Reino Unido, por ejemplo, mientras supera el 10 por ciento entre los grandes socios europeos. El crecimiento económico ha tenido una media del 2,7 por ciento anual durante sus mandatos, y la inflación, el 2,5 por ciento. “Blair ha sido el líder visionario con un instinto básico para la Inglaterra media. Y Brown, el hombre de los detalles”, resumía ayer el diario Financial Times. Pero todos sabían también que ambos protagonizaban una complementariedad con fecha de caducidad. Brown aspira a ser primer ministro y la permanencia de Blair en lo más alto durante más tiempo del que ambos pactaron supuestamente hace ocho años ha provocado un distanciamiento notorio en los últimos meses.
En abril, sin embargo, y después de este año de desencuentros, Brown cerró filas de nuevo con su primer ministro para una campaña que se presentaba muy dura debido a los errores de la guerra en Irak. Conscientes de que el ministro de Finanzas gozaba de más confianza que Blair en las encuestas, éste se aferró a Brown para recorrer el país y extender su mensaje de credibilidad. Medios diplomáticos y periodísticos afirmaron entonces que ambos habían alcanzado un pacto –¡otro pacto!– para que Blair dimitiera en el curso de este nuevo mandato y que Brown asumiera el liderazgo del partido y del país.
“Será en otoño del 2006”, afirma Bob Worcester, el gurú de la política británica y presidente de la prestigiosa empresa de encuestas Mori. El reputado Worcester se atreve a aventurar que Blair convocará el referéndum sobre la Constitución europea en la primavera del 2006, que lo perderá, y que entonces dará paso a Gordon Brown. “Y me atrevo a más”, afirma el fundador de Mori. “Brown ganará las elecciones de mayo del 2009.”
El 59 por ciento de los votantes no quiere que Blair siga en el número 10 de Downing Street –la residencia oficial del primer ministro británico– durante todo su mandato y cree que debe dimitir en el curso de los dos próximos años para dejar paso a Brown, según una encuesta divulgada ayer por The Guardian. La opinión no es sólo mayoritaria entre los votantes en general sino también entre los laboristas: un 45 por ciento de éstos cree que se debe ir, frente a un 30 por ciento que quiere que siga.
De momento, una aguda caricatura del populista The Sun reflejaba ayer el pulso que vivirá desde hoy la política británica: Blair, vistiendo el 10 en la camiseta, y Brown, con el número 11 (su domicilio en DowningStreet), enfilaban ambos hacia la emblemática casa del primer ministro. De los resultados definitivos que iban a conocerse anoche dependerá el momento en que Gordon Brown se mudará con su esposa Sarah y su bebé, del número 11 al 10.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.