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Nueva York registró ayer la explosión de dos granadas de “juguete” en el edificio donde se encuentra la sede del Consulado británico en la isla de Manhattan y otras legaciones diplomáticas. La doble detonación, de pequeña potencia, se produjo a las 3.35 hora local. No hubo que lamentar víctimas ni daños materiales importantes. Las granadas, como las que se utilizan para decoración, estaban rellenas con pólvora negra y fueron colocadas en uno de los maceteros de hormigón situado frente a la puerta principal del edificio, de 14 plantas. Al explotar, lanzaron fragmentos contra los cristales de la entrada. El comisario del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), Ray Kelly, dejó claro que se trataba de artefactos “poco sofisticados” y precisó que no tenían temporizador. En ningún momento se citó el término “terrorista”.
Esos maceteros se utilizan precisamente como barrera de protección para evitar que los vehículos puedan penetrar en el edificio. El Consulado británico se encuentra entre las calles 51 y 52 en la Tercera Avenida. En ese mismo edificio, hay otras sedes diplomáticas además de la británica. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, evitó relacionar el incidente con la jornada electoral en Reino Unido. “No se puede llegar a conclusiones”, apuntó. “No sabemos quién ha sido ni los motivos”, agregó el alcalde mientras explicaba que se están revisando las cintas de seguridad para poder identificar a los autores y ajustando las medidas de seguridad. El Consulado británico se encuentra en las plantas novena y décima. Ni el Ayuntamiento ni la NYPD han recibido avisos alertando de la colocación del explosivo o llamadas de reivindicación. Bloomberg concluyó diciendo que se toma “muy en serio” el incidente y que va a proveer la protección necesaria al consulado británico, “como siempre”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.