EL MUNDO › RENUNCIO JOSE DIRCEU, PRINCIPAL MINISTRO DE BRASIL
Golpe al corazón de Lula
Los escándalos de sobornos se cobraron ayer su primera víctima en Brasil con la renuncia de José Dirceu, jefe de gabinete y mano derecha del presidente Lula. También se irían otros tres ministros.
Es un terremoto político. El jefe de gabinete de Brasil, José Dirceu, la mano derecha del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, se convierte en el primero de los ministros (además del más importante) que sale del gobierno a causa de denuncias de corrupción. Anunció que volverá a la Cámara de Diputados para “defenderse” y luchar contra quienes quieren “desestabilizar al gobierno”. Resaltó que se iba “con las manos limpias”. Y fuentes oficiales señalaron que habrá más cambios en el gabinete.
La renuncia de Dirceu, que es diputado por San Pablo, se produce en medio de una grave crisis desencadenada por denuncias de corrupción que afectan al oficialista PT y en las que fue involucrado. El escándalo estalló cuando Roberto Jefferson, líder del Partido Trabalhista Brasileño (PTB), implicado por denuncias de la prensa de favorecer esquemas de corrupción en los Correos y el IRB, reaccionó acusando al PT de haber pagado coimas a varios diputados para asegurarse su lealtad en el Congreso. El “hombre bomba”, como se lo apoda en Brasil, sostuvo que Dirceu sabía del asunto, que no hizo nada por impedirlo y que hasta mantuvo “aislado” a Lula. El líder laborista, hasta hace 10 días un fiel aliado del gobierno, agregó que los sobornos se acabaron en enero pasado, una vez que logró “romper el cerco” supuestamente tendido por Dirceu e informar a Lula sobre el asunto. Jefferson también dijo que las denuncias en su contra por un caso de corruptelas en Correos surgieron por un video difundido por la revista brasileña Veja, pero afirmó que esa cinta fue fraguada por la agencia de inteligencia del gobierno bajo órdenes de Dirceu. Un ex agente de los servicios de inteligencia detenido por esas filmaciones confirmó esa implicación.
Dirceu dijo que salía del gobierno para “para combatir a quienes quieren interrumpir el proceso político democrático, que quieren desestabilizar al gobierno del presidente Lula”. Dejó claro que no se siente implicado por las denuncias. Y defendió su gestión, rechazando con vehemencia cualquier acción turbia. “No me avergüenzo de nada de lo que hice en el gobierno de Lula. Tengo las manos limpias, el corazón sin amargura y la mente siempre puesta en aquello por lo que siempre luché en Brasil. Salgo del Ministerio con la cabeza alta”, añadió. Fuentes oficiales citadas por la prensa dijeron que junto con Dirceu saldrán los ministros de Coordinación Política, Aldo Rebelo; Ciencia y Tecnología, Eduardo Campos, y Trabajo, Ricardo Berzoini, pero el ya ex ministro no lo confirmó. Los tres son parlamentarios y se incorporarían al Congreso para reforzar la defensa del PT de las graves acusaciones. Dirceu dijo que le comunicó a Lula que quiere volver al Congreso para ejercer su mandato de diputado, que el presidente lo aceptó, y aseguró que en el gobierno deja “parte de su vida y de su corazón, pero no el alma”. Anunció que recorrerá Brasil como “militante y dirigente” del PT para defender “el patrimonio ético” del partido, del gobierno y el suyo. El hasta ayer ministro todopoderoso afirmó que el gobierno tiene una agenda de cambios que está esperando ser discutida en el Congreso y que está en marcha un programa económico que “tiene éxito y al que apoyamos”.
El diputado Joao Paulo Cunha, del PT, confirmó que la salida de Dirceu no es la única prevista en el equipo de gobierno dentro de una remodelación acelerada por las denuncias de corrupción. Una reorganización de su gobierno es indispensable para cualquier tentativa reeleccionista de Lula en octubre en 2006. Las cabezas pueden empezar a rodar también en el PT, cuya dirigencia se reunirá mañana en Sao Paulo. Los senadores petistas ya señalaron la conveniencia de separar de sus cargos al tesorero Delubio Soares y el secretario general, Silvio Pereira, mencionados por Je- fferson en el esquema de los sobornos a diputados.
Poco antes de anunciarse la renuncia de Dirceu, un grupo de legisladores petistas intentó entregarle una carta al presidente pero no fue recibido y dejó el documento en el Palacio de Planalto. En la carta dijeron que “es necesario crear una nueva base parlamentaria de apoyo”, exigieron cambios en la política económica y afirmaron que “no se puede convivir en el gobierno con gestores bajo sospecha”.
La inminencia de la reforma ministerial fue comentada durante las dos últimas semanas y ayer tomó más fuerza durante el día. En un acto público, Lula evitó hablar sobre el asunto y no confirmó pero tampoco negó que habría cambios en su gabinete. “Vamos a ver qué hace (Carlos Alberto) Parreira”, el técnico de la selección de fútbol, bromeó el presidente como respuesta a preguntas directas sobre el gabinete y la situación de Dirceu de los periodistas. Dirceu, quien estaba a su lado, sólo apuntó que él no era “tan importante”.