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“Con sonrisas y palabras no se hace la paz”, respondió el Gran Rabino ashkenazi de Israel, Yona Metzer, a la pregunta de Página/12 sobre el proceso de paz en Medio Oriente. Llegó a Buenos Aires para reunirse con autoridades de la colectividad judía local, con quienes se encontrará el martes 28 a las 19.30 en el teatro Gran Rex, y posiblemente con el presidente Néstor Kirch-
ner el lunes, a quien le expresará su preocupación por la falta de justicia tras los atentados contra la mutual judía y la Embajada de Israel. Metzer brindó una rueda de prensa en la AMIA.
–¿Qué opina de los dictámenes de la Justicia argentina en el caso del atentado contra la AMIA?
–Estoy asombrado. ¿Cómo un país tan importante como la Argentina no puede mostrar un solo culpable y hacer justicia? ¿No merece la ciudadanía llegar a la verdad en país tan desarrollado como la Argentina? La colectividad recibió dos golpes muy fuertes con los atentados a la AMIA y a la Embajada de Israel. Pero el pueblo judío tiene una característica singular: mientras más nos golpean, más nos fortalecemos.
–¿Cómo piensa que va a ser la reacción frente a la evacuación de los asentamientos judíos?
–Algunos piensan que si cedemos los territorios en Gaza, Palestina se dará cuenta de que no somos el enemigo. Pero otros piensan que no es el momento propicio para dar tierras después de la Intifada, porque pareciera que la presión terrorista dio sus frutos. Por otra parte, están los que piensan que los palestinos se fortalecerán al no estar bajo jurisdicción de Israel, acercando las bombas al centro de Israel. Esta posición no necesariamente tiene que ver con la ortodoxia, mucha gente tiene la misma opinión y no es religiosa. Será un desprendimiento con todo el dolor, pero es el camino de un país democrático que debe cumplir lo que dice el gobierno.
–¿Cómo caracteriza las relaciones con la Iglesia y con el nuevo Papa?
–Las relaciones entre el Vaticano y el Gran Rabinato de Israel nunca han sido mejores. Juan Pablo tendió puentes de entendimiento entre ambos pueblos y su ayuda a los judíos durante la Shoa fue muy importante. La relación con Benedicto XVI será la misma, ya que él fue el ideólogo del Vaticano durante el reinado de Juan Pablo. Ratzinger anunció que visitará una sinagoga en su próxima visita a Alemania. El mensaje detrás de esto es muy importante porque hace 100 años, la fuente del antisemitismo era la Iglesia, dejó asentado el odio contra los judíos que después fue la base del nazismo. Hoy hay un cambio radical en la Iglesia. Hoy el terror de Islam es el gran peligro para ambos pueblos.
–¿Qué diferencias hay entre Arafat y Mahmud Abbas en el proceso de paz?
–Estamos muy preocupados por la lentitud que hay en los hechos concretos. Con sonrisas y palabras no se hace la paz. En el mismo momento que Abbas le da la mano a Sharon, en sus escuelas los chicos aprenden que los héroes son los terroristas que se inmolan. ¿Qué tipo de paz podemos esperar? Se sigue sembrando el odio en las próximas generaciones y se pone en duda el objetivo cuando se habla de la paz porque no hay un socio para la paz. El gobierno palestino tiene el poder de cambiar la estructura educativa, las arengas y los sermones de los religiosos. Los que hablan a los fieles tienen que cambiar el tono extremista por una mentalidad de paz. No se entiende que las mezquitas, lugares sagrados para el Islam, sean escuelas de asesinos con una careta religiosa.
–¿Qué puede hacer Israel para encaminar el proceso?
–Tiene que haber presión internacional sobre los palestinos para que demuestren con hechos si quieren la paz. Los ciudadanos israelíes quieren la paz. Los israelíes son muy similares a los argentinos, tienen la misma mentalidad europea, se identifican con los mismos valores y sentimientos. El estilo palestino es distinto. No siempre las promesas se cumplen. Muchas veces una firma vale cero, y ése es el problema. Para generar confianza mutua hay que dar pasos que construyan esa confianza mutua.

Informe: Ximena Federman.