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El gobierno venezolano del presidente Hugo Chávez dio ayer otro significativo paso en su política exterior basada en el uso del petróleo y en el constante desafío al poder internacional de Estados Unidos. Chávez propuso a sus vecinos de las islas del Caribe la puesta en marcha de Petrocaribe, un ente que aspira a centralizar el negocio de los hidrocarburos en la zona. El presidente cubano, Fidel Castro, acudió a Venezuela para respaldar el proyecto.
La idea fue presentada por el presidente Hugo Chávez durante el I Encuentro de Jefes de Estado y de Gobierno del Caribe sobre Petrocaribe, que se realiza en Puerto La Cruz, ciudad costera del oriente venezolano a casi 320 kilómetros de Caracas. El encuentro, que parecía destinado a principios de esta semana a ser una reunión internacional de poca trascendencia, adquirió el martes un mayor perfil al arribar sorpresivamente a Venezuela el presidente cubano Fidel Castro, sobre quien se había dicho días antes que no participaría. En total, asistieron delegaciones de 16 Estados insulares caribeños. La iniciativa de Chávez pretende convertir a los países del Caribe en socios de un acuerdo de cooperación, mediante el cual esas naciones, afectadas gravemente por los altos precios del petróleo, obtendrían ventajas en materia de financiamiento para sus compras de crudo y derivados a PDV-Caribe, nueva filial de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
El presidente venezolano arguyó que el incremento del consumo por parte de grandes países desarrollados, incluyendo a China, y la imposibilidad de que la producción mundial crezca a la par de esa demanda conducen indefectiblemente a una crisis mundial, contra la cual es necesario tomar todas las previsiones. Chávez criticó el “despilfarro energético del Norte”, que a su juicio ahonda “el desequilibrio y la desigualdad mundial”. Sólo EE.UU., que “tiene un 4 por ciento de la población mundial, consume un 25 por ciento de la energía del planeta”, dijo.
El acuerdo contempla la construcción de infraestructuras para el almacenamiento de crudo y derivados en los países que se unan al proyecto y, en algunos casos, de intercambio de productos energéticos por mercancías producidas por los Estados beneficiarios. El punto clave del convenio es el otorgamiento de facilidades de pago por parte de Venezuela a los países consumidores. El esquema se basa en la evolución de los precios del petróleo. Si se mantienen por encima de los 40 dólares, Venezuela financiará 30 por ciento de la factura. Si pasa de 50 dólares el barril, el país productor dará crédito a 40 por ciento de la factura y si pasa de 100 dólares, Venezuela financiará la mitad de la factura.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.