EL MUNDO
Otro atentado, pero en otro clima
Cuatro muertos y 50 heridos fue el saldo de un atentado suicida en Netanya. EE.UU. evitó cargar las tintas sobre Arafat.
Cuando toda la atención estaba puesta en las reformas de la Autoridad Palestina –que Israel pide como precondición a la vuelta con las negociaciones con los dirigentes palestinos– un nuevo atentado suicida dejó cuatro muertos y alrededor de cincuenta heridos en Netanya. Luego de que la AP condenara el atentado, Estados Unidos no reprendió a su líder: “Nadie ha pedido a Arafat un 100 por ciento de resultados. Se le ha pedido un esfuerzo del 100 por ciento”, afirmó la consejera de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice.
Vestido con un uniforme del ejército israelí, el atacante palestino se trasladó en taxi al principal mercado de frutas y verduras de Netanya, que no se hallaba muy concurrido. Una vez dentro el kamikaze detonó el cinturón con explosivos. “Escuché un gran estallido y vi volar restos humanos”, declaró una testigo a la radio del Ejército israelí. El atentado fue reivindicado por el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP). “Quien haya pensado que el terrorismo palestino contra Israel había terminado estaba completamente equivocado”, aclaró ayer David Baker, portavoz de la oficina del premier israelí Ariel Sharon. Además aseguró: “Israel sabe cómo responder cuando lo considere apropiado”.
Aún es una incógnita si Sharon retomará el plan de actuar militarmente en la franja de Gaza tal como pretendía luego del atentado que mató 15 personas en Rishon Letzión y que finalmente abortó. De acuerdo con distintos analistas, Israel respondería con una acción más bien simbólica. Si bien éste fue el primer atentado en dos semanas, los organismos de seguridad han logrado frustrar otros ataques. “Casi todas las noches arrestamos a un terrorista suicida y aún tendríamos que contar los coches-bomba descubiertos”, dijo una destacada fuente. Por su parte, el dirigente de Hamas, Ismail Abu Shanab, dijo que los ataques contra Israel “continuarán hasta el fin de la ocupación”, independientemente de que se celebren elecciones en los territorios palestinos.
Justamente era la reforma política lo que los dirigentes palestinos discutían ayer antes del atentado. Los comicios en los que se está pensando, y que Arafat condicionó al “fin de la ocupación israelí” los territorios autónomos, se realizarían entre fines de este año y comienzos del próximo: municipales durante el 2002, y legislativas el año próximo, según aprobó la semana pasada el Parlamento palestino. Ayer se reunió una comisión electoral del Parlamento para comenzar a definir estos temas. El grupo Hamas, que boicoteó las elecciones en 1996, aseguró ayer que presentaría candidatos a los comicios previstos por la AP, ya que el proceso electoral no “tiene nada que ver con los acuerdos de paz de Oslo”. “Esperaremos a que se declare la fecha de las elecciones de forma oficial y luego tomaremos decisiones”, dijo Shanab.
El principal negociador palestino, Saeb Erekat, anunció ayer que la fecha de las elecciones municipales dependerá del tiempo en que puedan prepararse los registros de votantes. “Necesitamos crear un sistema de fiscalización y transparencia al que esté sujeto cada uno de nosotros, incluyendo el presidente (de la Autoridad Palestina) Arafat, porque el presidente Arafat o Saeb Erekat o cualquiera dirigirá los asuntos por un cierto período”, dijo Erekat. Por su parte, unos 20 ministros palestinos manifestaron que están dispuestos a dimitir de su cargo en el gabinete si Arafat lleva a cabo reformas en la AP para finales de este año, sumándose a los siete ministros que renunciaron ayer.
Además, la cuestión de los palestinos expulsados de Belén a Chipre continúa sin resolverse. A pesar de que el canciller chipriota, Ioannis Kassoulidis, aseguró que “las negociaciones han entrado en su fase final. Chipre se atendrá a los acuerdos con la Unión Europea”, el Ministerio del Exterior belga negó que su país vaya a dar asilo a uno de los 13 palestinos tal como había asegurado la presidencia española de la Unión Europea (UE).