EL MUNDO

El juego de los parecidos, de Al Qaida al terrorista de medio pelo

Por Anne Penketh *

Dadas las aparentes similitudes con el 7 de julio, la policía está trabajando sobre la presunción de que los atacantes estaban tratando de repetir la operación. Según el Comisionado de la Policía Metropolitana, Ian Blair, fue un intento de cometer un asesinato en masa que salió mal. No hubo víctimas y no se superpuso con algún evento importante obvio (los ataques previos coincidieron con la cumbre del G-8); sin embargo, la fecha fue sospechosa, exactamente dos semanas después del 7 de julio. Ambas olas de ataques estuvieron claramente coordinadas, ya que las explosiones en el subte fueron casi simultáneas en ambas oportunidades. Ayer ocurrieron a la hora del almuerzo, mientras que el 7 de julio fue a la hora pico.
Ayer, tres estaciones de subte y un colectivo en diferentes partes de la ciudad fueron atacados de nuevo. En ambas ocasiones, el atacante del colectivo estaba en el piso superior. Las tres líneas de subte atacadas ayer atraviesan King’s Cross, la estación adonde llegaron los atacantes del 7 de julio desde Luton. Los atacantes usaron mochilas de nuevo. Y otra similitud llamativa fue que los cuatro ataques formaban una cruz en el mapa de Londres –igual que los del 7 de julio–. A diferencia de dos semanas atrás, aquí los atacantes no buscaron hacer colapsar el sistema de transporte por varias horas. Pero sí sembrar el pánico entre aquellos que hacían sus cosas cotidianas en los cuatro distritos de la capital.
Los restos de las mochilas darán pistas a los científicos forenses como, por ejemplo, el tipo de explosivos que fueron utilizados. Según los informes de anoche, los explosivos eran similares a aquellos usados por los atacantes suicidas. En un golpe de suerte, algunas de las mochilas pueden no haber explotado, posibilitando la obtención de más pruebas.
Mientras los ataques del 7 de julio fueron reivindicados por un grupo que se autodenominaba la Organización Secreta de Al Qaida en Europa, nadie se atribuyó la autoría inmediatamente ayer. Los documentos encontrados en los cuerpos de los atacantes suicidas llevaron a la policía a Yorkshire, donde encontraron una bañadera llena de explosivos volátiles del tipo “Madre de Satán” en Leeds. Desde aquí, la investigación se dirigió a Pakistán, donde los tres atacantes suicidas habían pasado algún tiempo. Podría ser que la célula del 7 de julio haya sido parte de la misma red. Lo de ayer podría ser la segunda fase de una campaña orquestada.
El 7 de julio, el gobierno rápidamente señaló que los ataques tenían todas las características de Al Qaida: sin advertencia, bien coordinados, de baja tecnología y la intención de matar la mayor cantidad de gente posible. Ayer tampoco hubo, aparentemente, ningún tipo de inteligencia sobre el momento de los ataques y también parecieron estar bien coordinados y haber utilizado tecnología poco avanzada. Sin embargo, sir Ian aseguró que era muy temprano para hablar de una conexión con Al Qaida. Hay diversas hipótesis.
u La célula está vinculada con los atacantes del 7 de julio, buscando sembrar el pánico en vez de matar. Quedan preguntas difíciles para la policía: si los ataques fueron diseñados para matar la mayor cantidad de personas posible, ¿por qué los atacantes usaron cantidades tan pequeñas de explosivos? Y dada la forma profesional en que los atacantes del 7 de julio se dirigieron a su muerte, ¿cómo es posible que los atacantes de ayer fracasaron tan miserablemente si intentaban cometer un asesinato en masa? Si querían sembrar el pánico, lo consiguieron, a pesar del riesgo de ser detenidos. Por primera vez en Londres, la policía usó protección contra armas químicas para investigar. Los ataques provocaron que los subtes, un colectivo y los edificios en los cuatro distritos fueran evacuados. Parte del sistema subterráneo fue paralizado, agravando una red que ya quedó seriamente afectada luego de los ataques del 7 de julio. A diferencia de dos semanas atrás, los terroristas no eran atacantes suicidas. Pero se arriesgaron al dejar sus mochilas en el subte y en el colectivo número 26, cuando huyeron para salvar sus vidas.
u Un atentado imitación por otro grupo islámico. No hay escasez de atribulados jóvenes musulmanes radicalizados que puedan querer usar los ataques del 7 de julio como excusa para lanzar un atentado imitación. Chathan House, un think-tank de Londres, advirtió esta semana que el reclutamiento y la financiación de Al Qaida ha incrementado por el apoyo del gobierno a la guerra en Irak. Algunos predicadores musulmanes radicalizados tampoco han condenado los ataques suicidas. La policía cree que hasta unos 200 potenciales atacantes podrían estar en Gran Bretaña. Pero no es seguro si pueden llegar a tener acceso a los recursos técnicos y organizacionales necesarios para llevar adelante un ataque a dos semanas de los atentados del 7 de julio.
u Un atentado imitación realizado por un grupo no islámico. Otra vez no hay faltan grupos con experiencia en realizar ataques con explosivos que puedan haber sido tentados a unirse a la causa. Pero ese tipo de ataques son usualmente reivindicados: defensores extremistas de los derechos de los animales se atribuyeron la responsabilidad por un incendio esta semana en una casa flotante de la Universidad de Oxford que causó daños estimados de 850 mil dólares.
Algunos especialistas en seguridad ya están expresando sus miedos de que “cada terrorista de medio pelo en el país” pueda estar considerando lanzar un ataque.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Laura Carpineta.

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Reunión de fuerzas de seguridad fuera de la estación de Shepherd’s Bush ayer.
 
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