EL MUNDO
Clamor de desarme desde el epicentro del horror
Ayer se cumplieron 60 años de la explosión de la primera bomba atómica sobre Hiroshima y la ciudad la recordó con una marcha de paz de unas 50.000 personas.
Por David McNeill *
Desde Hiroshima
Decenas de miles de personas provenientes de todo el mundo se congregaron en Hiroshima ayer para renovar llamados a la abolición de las armas nucleares en el 60º aniversario del bombardeo atómico de la ciudad. Bajo un radiante sol veraniego, sobrevivientes y familias se reunieron en el Parque Conmemorativo de la Paz, cerca del punto donde la bomba detonó el 6 de agosto de 1945, matando a miles y arrasando la ciudad. El aniversario llegó mientras potencias regionales se reunían en Pekín para exhortar a Corea del Norte a abandonar su programa nuclear, visto por Tokio como una amenaza, y una de las razones de los llamados dentro de Japón para fortalecer su defensa y buscar relaciones militares más estrechas con Estados Unidos.
A las 8.15 de la mañana, la hora en que el avión de guerra norteamericano B-29 Enola Gay arrojó la bomba, la multitud en el parque y en toda la ciudad observó un minuto de silencio en memoria de los muertos. Las campanas tañeron en templos e iglesias y los pasajeros en los transportes que se desplazan por la ciudad inclinaron sus cabezas.
La bomba de Hiroshima desencadenó una mezcla de ondas expansivas, rayos de calor y radiación que mató a miles instantáneamente. Para el fin de 1945, el saldo de bajas había ascendido a unas 140.000 personas, de una población estimada en 350.000. Ahora, luego de años de enfermedades, el saldo oficial de víctimas del “Muchachito” (como se apodó a la bomba en el ejército norteamericano) se ubica en 242.437 y sigue subiendo. El 9 de agosto, tres días después del ataque a Hiroshima, otra bomba atómica fue arrojada sobre Nagasaki.
Tadatoshi Akiba, alcalde de Hiroshima, dijo a la multitud que las cinco potencias nucleares tradicionales –Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia y China–, así como India, Pakistán y Corea del Norte, estaban “poniendo en peligro la supervivencia humana”. Los miembros del “club nuclear” estaban “ignorando las voces mayoritarias de los pueblos y los gobiernos del mundo”, declaró, antes de agregar otros 5375 nombres al cenotafio del Parque de la Paz. Akiba llamó a la ONU a trabajar en pos de la “eliminación de las armas nucleares para 2020”.
Sobre el escenario en el Parque de la Paz, una declaración leída en nombre del secretario general de la ONU, Kofi Annan, señaló que el mundo debía trabajar en pos de prevenir una “cascada de proliferación nuclear”. Un discurso del primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, expresó esperanza en que “Hiroshima seguirá siendo el símbolo de la paz global”. El discurso enfureció a un pequeño grupo de anarquistas japoneses. “¡Abajo esta falsa ceremonia de paz!”, exclamó uno de ellos, mientras forcejeaban con policías que trataban de evitar que distribuyeran volantes. Uno de los anarquistas explicó: “Koizumi es el perro faldero de Bush y debe irse a casa. No tiene derecho a estar acá hablando de paz”. Los anarquistas fueron sacados del lugar por policías antidisturbios.
*De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.